44~

Capítulo 44:
{Narra Jane}
El sol que se filtraba por las cortinas que colgaban delante de mi ventana se clavaban en mis ojos nada más abrirlos. Ante la brusca luz, me froté los ojos y me aparté escasos milímetros para que la luz no fuera tan directa y pudiera desperezarme con más tranquilidad.
Hice ademán de darme la vuelta y seguir durmiendo como estaba haciendo hasta ahora, pero la hora que figuraba en el reloj de mi mesilla de mesa hizo que me paralizara por completo. Las 7:45.
-Mierda -murmuré mientras saltaba de un brinco de la cama.
Me vestí con mucha prisa, ya que el autobús se iba en escasos 15 minutos y si iba andando llegaría más que tarde. Cuando quise salir al baño, me detuve en la puerta para recordarlo. Miré la cama y fruncí el ceño. ¿Dónde estaba? Juraría que se había quedado a dormir.
Simplemente, me encogí de hombros y me dirigí al baño, donde me cepillé el pelo con rapidez. Al volver a la habitación para coger las cosas y salir corriendo, un pequeño detalle hizo que me detuviera delante de mi escritorio.
Un papelito naranja doblado en cuatro yacía inocente sobre la mesa. Fruncí el ceño de nuevo mientras sonreía levemente.
¿Me había escrito una nota? Me pregunté, volviendo a mirar hacia la cama para asegurarme de nuevo. Torcí los labios con torpeza mientras desdoblaba el papel, no sin antes mirar el reloj y asegurarme una vez más, de que llegaba tarde.
A pesar de eso, la intriga podía conmigo, por lo que no pude evitar desdoblar la nota por completo y leerla con rapidez:

Buenos días cielo;
Puede que te extrañe no encontrarme a tu lado esta mañana y lo primero que debo hacer es disculparme. Siento no poder saborear esta mañana contigo después de todo lo ocurrido, pero debía volver al estudio ya que las llamadas perdidas eran bastantes. De verdad que lo siento.
Por muy a mi pesar, sigue estando el tema de lo que te quería hablar anoche. Insisto en que es muy importante, por eso prefiero contártelo en persona y no en una vulgar nota. Así que, por favor y cuando puedas, pásate por aquí y hablamos de esto.
Ante todo esto, quiero que sepas que te quiero y que nadie va a cambiar eso. Ten eso muy en cuenta cuando hablemos de esto.
Muchos besos.
-Hx”

Parpadeé varias veces y lo volví a releer una y otra vez. Y simplemente me quedé paralizada ante aquello.
Quise disfrutarlo horas y horas más, pero la hora me lo impedía. Cogí la mochila y bajé las escaleras lo más rápido que pude.
-¿Jane? ¿Qué haces aquí todavía? -preguntó mi madre sentada en la mesilla del salón con el té y el periódico entre sus manos. Me bebí un vaso de agua con rapidez.
-Me voy -la besé en la frente antes de salir por la puerta.
Tras mirar de nuevo mi reloj para asegurarme de nuevo de que no iba demasiado tarde, me di cuenta que aunque el sol resplandeciera con fuerza desde el cielo totalmente despejado y azul, hacía mucho frío para estas fechas.
Me cerré el abrigo, crucé los brazos para mantener el calor y anduve lo más rápido que pude por el barrio.
Así que, había ocurrido.
-Pues no me siento nada diferente -dije en voz alta.
¿No se supone que ahora tendría que sentirme más madura? ¿O sensata? Nada. Me sentía igual que lo hacía ayer. Igual de cría y loca como siempre.
-Vale, puede que esté un poco dolorida. Pero eso no significa nada...
Suspiré.
¿Madura? En absoluto. Ni una pizca más. Estaba andando por mi barrio tranquilamente mientras llegaba tarde. Y encima estaba hablando sola.
Me acababa de acostar con posiblemente uno de los chicos más deseados de toda Inglaterra y probablemente miles de chicas chillonas y adolescentes querría arrancarme la cabeza en esos momentos por eso.
-Hablar sola es el menor de mis problemas.
A pesar de los pensamientos de madurez y cosas sensatas y no tanto, la sensación de que alguien me perseguía sacudió mi cuerpo.
Fruncí el ceño y miré a mi alrededor, y favorablemente no encontré a nadie sospechoso, que incluso me mirara o observara.
Sacudí la cabeza y simplemente seguí andando. Sería una simple sensación como cualquier otra.
Volví a mirar el reloj y descubrí que tenía que correr si no quería perder el autobús.
Guardando el móvil en el bolsillo, salí corriendo desde ahí hasta salir del barrio, dando vuelta a la esquina, desde donde ya podía ver la parada, donde justo Ellen y Jess se levantaban para recibir al autobús que se estaba aproximando. Sonreí por un segundo de alivio y corrí hacia el autobús, donde con un último brinco, conseguí entrar a tiempo en el autobús.
Ellen y Jess como siempre estaban sentadas en la parte de atrás, por lo que me dirigí a ellas y me senté exhausta a su lado.
-¡Jane! Ya pensábamos que no venías.
-No me ha sonado el maldito despertador -dije incorporándome y sentándome mejor en el asiento-. ¿Y Lena?
-Prefería ir andando. Yo que sé por qué -espetó Ellen, haciendo un gesto con la mano.
-¿Con el frío que hace? Raro.
-Ella es rara. Últimamente lo es.
-Lo está pasando mal, es normal que quiera despejarse.
-¿Normal? Jess, cielo, normal es inflarse a chocolate cuando no hay sexo. Pero esto, no lo es.
Jess frunció el ceño.
-Tienes un gran obsesión con el sexo -dije al respecto.
-Tú te callas. Cuando sufras un orgasmo ya puedes comentar y decirme lo viciante que es, pero ahora no puedes opinar sobre esto.
-Sí, bueno.
Tenía razón.
-Lena está pasando por un momento difícil, lo mejor es dejar que lo solucione ella sola. No somos quienes para meternos -dijo Jess interrumpiéndonos.
-No me meto, sólo digo que está muy rara.
Casi automáticamente, apoyé el codo en el bordillo de la ventanilla y me dejé llevar por el recorrido que me llevaría a la rutina diaria.

~

-¡Jane! Cuidado, mujer, que lo manchas todo.
Tiré con el ceño fruncido la cera azul marino a la mesa con desdén.
-¡Pues normal! -le respondí- Estas ceras manchan un demonio.
Cogí un pañuelo del bolsillo y traté de limpiarme los dedos, pero la maldita mezcla de colores que se había ido acumulando no se quería ir.
-Genial -murmuré-. Ahora dejaré rastro de colorines en todo lo que toque.
-Pues a mí me gusta pintar con ceras -dijo Jess, pasando las pinturas por el lienzo-. Es relajante.
-Por que tú sabes. Se ve clarísimo que eso es un paisaje -alcé mi dibujo en alto para que lo viera mejor-. ¿Qué ves?
-Eh... ¿una mariposa?
-Es una flor. Sigo sin saber por qué tuve que haberme apuntado a plástica si no sé hacer ni una flor decente.
-Jane, cielo, no olvides que estamos experimentando con las ceras. No tienes por qué esforzarte tanto -me decía la profesora desde su pupitre, sentada en la cómoda silla acolchada de profesores, escuchando mis quejas.
-No me llames cielo -murmuré.
Recogí las ceras en su caja y la guarde en la mochila a la vez que las hojas que había malgastado en intentos fallidos de dibujar algo con decencia.
Jess, casi atendiendo a mis impulso de recoger minutos antes de que sonara el timbre, me imitó guardando el lápiz en el estuche, mientras los murmullos de la clase, que eran casi inaudibles hace segundos, se intensificaron a causa del arrastre de las sillas por el suelo.
La profesora, como de costumbre, se quitó las gafas y colocando las manos sobre las caderas sin levantarse de la silla, miró a la clase con los labios torcidos y con la mirada llena de molestia. Miró su reloj.
-Sabéis que odio que recogáis cuando faltan preciosos 2 minutos.
Sus palabras no acababan de abandonar sus labios cuando el timbre ensordecedor sonó con la misma intensidad que siempre, indicando el comienzo de los veinte minutos de recreo.
Después de dejar nuestras mochilas en nuestra clase habitual, Jess y yo nos dirigimos a un banco del patio, donde las cuatro nos sentábamos a menudo y donde Ellen y Lena hablaban tranquilamente.
Yo me senté al lado de Lena y Jess en el suelo delante nuestra.
-Se te va a helar el culo -le dijo Ellen.
-Sí -respondió ella, pero sin hacer ademán de levantarse.
Las tres como siempre comenzaron a entablar una conversación, la cual fingía escuchar pero no me interesa lo más mínimo, ya que la conversación contenía temas que ya eran tópicos a la hora de hablar entre nosotras.
Dejé que mi mente me llevara a pensamientos profundos que siempre pensaba cuando hacía que escuchaba su conversación. A lugares como los colorines que ahora me tintaban las puntas de los dedos a causa de las condenadas ceras o a cómo sería capaz de quitarme aquellos. O a un tema que mi mente tocaba rara vez sacaba tan esporádicamente, como cómo le diría a mis amigas lo ocurrido la noche anterior y cómo se lo contaría para que se lo creyeran, ya que ya eran muchas las bromas que hacía respecto a ese tema. Y de cómo sería su reacción ante todo y sobre qué haría ahora en adelante.
Aunque todos esos pensamientos no pudieron seguir su curso con tanta fluidez como de normal, ya que otra vez la sensación de ser observada por demasiados ojos a mi alrededor, que no podía más que sentirme incómoda. Me sentía apuntada ante ojos llenos de odio o incluso cámaras, ya que sabía que más de medio instituto sabía mi situación.
Y me incomodaba demasiado.
Con una ligera sacudida de cabeza, despejé mis ideas y volví a colocar una sonrisa en el rostro, ya que Jess me miraba sonriente como siempre. Se levantó del suelo helador y se sentó a mi lado, pasando un brazo por mis hombros.
-¿Qué te pasa, Jane? Estas como... ¿más feliz?
No pude evitar reírme.
-¿Más feliz? Como estoy siempre.
-Sí. No sé, igual es una sensación mía.
-No, que va. Normalmente nunca vienes tan sonriente al instituto y en matemáticas hoy no has callado -puntualizó Lena.
Sonreí y me encogí de hombros.
-Joder, ¿no puedo estar feliz porque sí?
-No -respondieron las tres a la vez.
Reí de nuevo.
-Nada, pues que ya no soy virgen -dije lo más rápido y natural que pude.
Ellen soltó una carcajada.
-Sí, ya. Ya no me lo creo -dijo y respondí alzando las cejas. Se me quedó mirando mientras yo sonreía cada vez más, sintiendo como Jess me miraba sorprendida a mi espalda.
-¿Lo dices en serio? -acabó preguntando Ellen.
-Ya sabes que yo no sé mentir -respondí riendo.
Se levantó de un brinco para abrazarme con mucha fuerza, dejándome casi sin aliento y chillándome en el oído.
-Eres una exagerada. Tampoco es para tanto.
-Joder hija. Lo voy a apuntar en la agenda y todo.
-Ni se te ocurra.
Ellen se sentó en el banco de nuevo y tiró de mí, obligándome a sentarme en su regazo. Yo con una sonrisa, me acerqué a ella y acepté su oferta.
-¿Te dolió?
-Sí, un poco. Pero sólo la primera vez.
-¿Primera vez? -preguntó Lena frunciendo el ceño.
Mierda. Ya había dicho demasiado.
-¿Cuántas veces lo habéis hecho o qué? -preguntó Jess casi en broma, entre risas.
-Tres.
-Toma -murmuró Ellen, apartando la mirada e inclinando la cabeza.
-¡Tres veces! -repitió chillando Jess -¡En una noche!
-¡Shht! Va a enterarse todo el instituto a este paso.
-Sí, ¿qué pasa? -me apoyó Ellen.
-Ya tiene fuerzas el chaval -murmuró Lena.
-Pues claro que tiene.
-¿Orgasmos?
-Tres.
-¡Toma!
-¡Tres! ¡En una noche!
-Estáis consiguiendo que me arrepienta de habéroslo contado.
-Qué envidia -dijo Jess-. Cuando yo perdí la virginidad fue un horror. Lo único que sentía era dolor y nada más. No tuvo nada de cuidado.
-Sí, bueno, pues a mí aún me duele. No puedo ni sentarme con decencia.
-Tranquila, cielo -dijo Lena, dando palmaditas en mi pierna-. Eso es que está bien dotado.
-Jane. ¿Puedo hacerte una pregunta? -preguntó tímida Jess.
No pude evitar reír con suavidad ante su pregunta.
-Claro que sí, dime.
-¿Cuánto estuviste saliendo con Dan?
Parpadeé varias veces.
No me había esperado esa pregunta en absoluto. Y me preguntaba cuál era la razón de eso. Me mordí el labio y me quedé pensativa, buscando la respuesta.
-Un año y dos meses -respondió Ellen por mí, a lo que fruncí el año.
-¿Tanto? -pregunté.
-Sí, cielo. Y mira que me lo decías veces.
Me encogí de hombros.
-¿Y con Harry? ¿Cuánto?
-Eh... no sé. ¿Qué día es hoy?
-1 de diciembre.
-Pues ayer justo 5 meses. ¿Por qué?
Jess alzó las cejas como si la pregunta era obvia.
Y tenía razón.
-Con Harry todo es diferente -dije sin siquiera escuchar la pregunta-. Dan lo único que hacía era presionarme y ser posesivo. Y mucho.
-Bueno, vale. Yo sólo quería saber por qué con Harry sí, y con Dan no.
-Pues ahí la tienes. Con Dan no tenía tan claro que lo quería. Mientras que con Harry ya es... muy diferente.
-Normal. Si te consigue tres orgasmos en una noche....
Le lancé una mirada no tan agradable a Ellen, que apartó la vista al instante, mientras sonreía con picardía.
La conversación enseguida cambió de rumbo, ya que ellas entendían la situación y que podía resultar embarazoso por mi parte. Yo fingí de nuevo estar tranquila y animada y trataba de centrarme en la conversación que mis amigas acababan de preparar, aunque seguía notando las miradas odiosas y llenas de rencor.
Y aquello hacía que perdiera mucha seguridad sobre todo.

~

{Narra Ellen}
Lo que parecía un precioso día soleado y sin ninguna nube a la vista, enseguida se volvió un día oscuro y lluvioso. La lluvia mojaba las aceras y carreteras y las temperaturas bajaron más todavía que esa mañana. Esquivaba casi sin éxito los charcos, unos más profundos que otros, pisando sin remedio algunos y mojando mis zapatos. Poco después me di por vencida y simplemente no le di más importancia. Jane intentaba hacer lo mismo, pero al final ambas acabamos empapadas de arriba a abajo.
-Debería de haberme quedado en casa -dije después de gruñir al notar mis pies empapados.
-Eres una pesada. ¡Pues vete!
-No, que ya casi llegamos. Dar la vuelta ahora sería de tontas.
Jane puso los ojos en blanco.
-Pues no te quejes tanto.
Seguimos andando, apresurando el paso, ya que la lluvia caía con cada vez más fuerza, mojándonos cada vez más ya que no disponíamos de paraguas o de ropa contra la lluvia.
Las puertas del estudio hoy estaban completamente vacías, ni un solo alma se podía ver rondando por los alrededores. Por mucho que quisiera evitarlo, sentía a Jane tensa y algo más nerviosa de lo habitual, viéndola jugar con sus aún coloreados, pero ya menos vistosos, dedos y mordiéndose el labio a menudo. Entramos en el edificio y nos detuvimos delante de la puerta.
Posó una mano en el manillar de la puerta y se detuvo por un segundo.
-Jane, ¿ocurre algo? -pregunté.
Ella levantó la mirada y me miró.
-Estoy algo nerviosa, nada más.
Yo sonreí y le acaricié el pelo mojado,
-Tranquila. Tú sólo actúa como si nada hubiera pasado. ¿Sabe que venimos?
-Sí, sí. Nos estarán esperando.
-Pues venga -puse una mano encima de la suya y empujé el manillar después de llamar a la puerta de la sala común.
-Hola -dijimos las dos casi a la vez.
Los cuatro, que estaban sentados en los sofás completamente solos en la sala, se levantaros de sus asientos al vernos. Harry, como no, fue directo hacia Jane y yo avancé para no verlo.
-Hola a ti también, Harry.
Saludé a los otros trés, intercambiando dos besos en las mejillas y después nos sentamos de nuevo en los asientos.
-¿Dónde está Liam?
-Con la bailarina de nuevo. Cuando tenemos tiempo libre casi no le vemos el pelo.
Solté una pequeña risita y miré a mi alrededor.
-¿Estáis solos?
-No, pero como somos pocos ya, pues algunos están ensayando o descansando. Por eso aprovechamos para estar aquí -respondió Niall.
-Ah.
Niall y yo seguimos hablando unos segundos respecto al fenómeno fan y a lo que estaban causando hacia la gente joven en Inglaterra, sobre los asaltos al estudio y a su intranquilidad en la calle. Me di cuenta que Zayn le estaba dando codazos muy poco disimulados a Louis y susurrándole cosas. Louis chasqueó la lengua y se inclinó hacia delante, apoyando los codos en sus rodillas y frotándose los ojos y me miró.
-Eh, ¿no va a venir Jess?
Sonreí al instante. Miré por un segundo a Zayn, que apartó la mirada enseguida. Volví a mirar a Louis haciendo como si no me hubiera enterado.
-No, no ha podido. Mañana tiene un examen importante de economía y tenía que estudiar.
-Le das recuerdos de nuestra parte.
-Ni lo dudes -sonreí.
Casi sin darme cuenta, dirigí la mirada hacia la puerta y vi que Jane y Harry seguían pegadas a ella.
-Joder. Si se vieron ayer.
Le hice un gesto a Niall para que me pasara un cojín y lo lancé con fuerza hacia ellos, haciendo que rebotara en la espalda de Harry.
-¡Asociales! -grité en su dirección.
Jane enseguida se ruborizó y se acercó a nosotros, con él a su espalda. Los dos se sentaron al lado de Niall, que estaba sentado sólo en un sofá doble.
-¿Qué te ha pasado en los dedos? -preguntó riendo.
Ella miró sus dedos una vez más y torció los labios.
-Hoy nos han hecho pintar con ceras. Y manchan un cojón.
-¿En quinto?
Asintió con desdén, alzando una ceja.
-Lo sé. Pero los párvulos de 6 años lo hacen mejor que yo, así que no puedo quejarme.
Mientras la conversación seguía su curso, no podía más que pensar en la tarde en la que llamé a Harry. Pensé que no me iba a hacer caso en absoluto, que seguiría esperando. Quizás aquella tarde fue una de las peores de toda mi vida. Pensaba en las consecuencias que podía significar, que podría suceder sólo por mi culpa y por ser egoísta. Pero, por lo visto, todo había salido perfecto.
Agité la cabeza con suavidad y disimulo, borrando esos pensamientos. Tal vez no había ocurrido de esa manera y simplemente estaba pensando en falso. Tal vez me estaba precipitando. Y entendía que Jane no quisiera darme todos los detalles en unos días, ya que esto era nuevo para ella y podía resultar muy embarazoso.
Me di cuenta cuando Harry le susurraba algo al oído de Jane, mientras ella sonreía como una tonta. Él se apartó y ella asintió con entusiasmo. Se levantaron del sofá con las manos unidas y se acercaron a las escaleras.
-Ya volvemos.
Los cuatro los miraron con los ceños fruncidos cómo subían las escaleras. Yo reí mientras rodeaba los ojos.
-Sabéis qué ocurrió ayer, ¿no?
-Sí, nos lo contó esta mañana.
-Se pensaba que se iba a librar el cabrón de él. Estuvimos ayer toda la noche buscándole.
Antes de que Louis pudiera terminar su frase, Liam entró muy sonriente en la sala, de la mano de una chica alta y llena de rizos, que le llegaban hasta debajo del pecho, con bonitos ojos marrones y piel color café.
Nada más entrar, me levanté dela silla como un acto reflejo, para saludar a los dos.
-Hola, feo -saludé sonriente a Liam, después de revolotearle el pelo y besar sus dos mejillas.
-Hola -me respondió igual de sonriente-. Esta es Danielle -dijo presentando a su acompañante, a lo que ella sonrió y se acercó a mi para darme dos besos.
-Tú debes ser la famosa bailarina. Encantada, Ellen -me autopresenté, sonriendo también.
-¿No ha venido Jane?
-Está arriba.
Sentí el móvil vibrando en mi bolsillo trasero. Me disculpé antes de descolgar el teléfono.
-¿Sí?
-¡Ellen!
-¿Quién es? -pregunté arrugando la nariz después de un segundo de silencio.
-Soy Yina.
-¡Yina! ¿Qué haces llamando? ¿No es carísimo?
-Es una urgencia. Necesito tu ayuda, Ellen.

3 comentarios:

  1. Me odiarás; seguramente me odiarás porque tú siempre pones unos mega ultra super comentarios tan akjsghkasjhgka y yo, en cambio, no te pongo nada.
    Peeeeeeero, bueno, ¡he decidido ponerte un comentario muy grandote! ¡COMO EL PENE DE HARRJAJAJAJAJAJAJJAJAJASoy pervertida :$$$$$$.
    Primero de todo: MECAGONTÓ YA. SIMON, TITO, ESO NO SE HACE, ¿OK? OK. NO, HAROLDO NO PUEDE SIMULAR QUE JANE ES SU PRIMA. PORQUE ME ENFADO Y NO RESPIRO. ¿Y ROMPER CON ELLA? NI DE COÑA, VAMOS. SIMON, NO NOS HAGAS ESTO DDD:
    "¿Orgasmos?
    -Tres.
    -¡Toma!
    -¡Tres! ¡En una noche!" QUE ME MEEEEEEEEEEEEEEEEO, AJAJAJAJJAAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJJA. '¡TOMA!' DIOS, ME DA ARGO.
    Harry es el elegido(?). Suena tipo película de super héroes y tal JAJAJAJAJAJJAJAJA. DAN = CACA. HARRY = GUAN PERFECSHON.
    Lo de Lena y Byron me quedé como: ¿HOLA? NO, NO PUEDE SER. ME DA SOMETHING(?). ES QUE, ¿HERMANOS? ¡ORGÍA, ORGÍA!¡SERSO, SERSO! TRALARÁ okno. AJAJAJAJJAAJJAJAJA.
    "-Jane. Lo primero que quiero que sepas es que te quiero y que nadie va a impedírmelo, ¿de acuerdo?" SIMON... PENSÉ QUE ERAS EL TITO SIMON QUE NO IMPEDÍA NÁ DDDDDDD___:
    Bueno, y después de esa declarasión to' bonica de Harold va la Yein(? y dise: ¡QUE SÍ PERO QUE AHORA TOCA SERSO, Y ES MI PRIMERA VES!
    Y pues lo de Simon se va al carajo (de HarrJAJAJAJya. Hoy estoy pervertida :$).
    *Siento esta mierda de comentario*
    Jane se pondrá muy trizte cuando Hazza le cuente todo. D': NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. D:
    LIAM Y DANIELLE ASKJGHKASHGKAHSKJDGAHKJSGA Perfesión a tope de poweJAAJAJAJAJAJJAMamá, ¿qué le echaste a la paella? okya.
    HOLA, QUIERO EL SIGUIENTE YA DE YA. ASDGHAKJSGHKASHGKHASKGHAKGA.
    Me encantaaaaaaaaa musho. Sigue así, juapa.
    Te quiere mucho, mucho, mucho,
    @HiddenInYourEye.
    PD: ¡QUE SEPAS QUE TUS COMENTARIOS JAMÁS ME ABURRIRÁN! <3




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  2. JOOOOOOOOOOOOOOOOOOOODEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
    Ya le vale a esta tal Ani por poner su comentario antes que el mío. Que capulla, ¿cómo dice que su comentario es una mierda? Bueno no me voy a ir del tema que estoy con el capítulo 21 y no me da tiempo si sigo distrayéndome. QUE YO TAMBIÉN ME HE TIRADO MEDIA HORA RIÉNDOME CON LO DE: Tres. Toma. ¡Tres! ¡En una noche!
    JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJJAJAJA DIOS. QUIERO SER JANE YA. Oye y lo de Yina? Me has dejado pilladísima. YA ESTAS ESCRIBIENDO EL SIGUIENTE PUTO CAPÍTULO QUE QUIERO SABER QUÉ COÑO QUIERE.PERO YA.
    Mi amor, que llevamos mucho tiempo sin hablar. Que me salió como el puto culo el examen. Que te quiero un montón. Que me voy a ir a Navarra a estudiar. QUE TE CASES CONMIGO.
    Bueno, y ahora, quiero repetirte una cosilla:
    Que como siempre eres increíble. Escribes demasiado bien. Tienes talento para dar y regalar (te agradecería que me dieses un pocito). Eres demasiado asdfghjkl como dices tú. Eres un puto amor. Y encima te has leído dos de mis sagas favoritas. Joder. Es que estás entre las 7 personas más perfectas del mundo: Harry, Liam, Lou, Niall, Zayn, Eduardo y tú.
    Y YA ME HE QUEDADO A GUSTO. COÑO.
    Últimamente digo demasiadas palabrostias xD
    BESITOS RUBIA.

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  3. Lena, ya me la he leído y me encanta!!!
    Eres parecida a mi, yo también escribo los capítulos largos hahahaha :D
    Te la dejo por aquí para que te pases y me digas que tal ¡!
    http://mentiriasitedigoquenotequiero.blogspot.com.es/
    P.D L a recomendaré cuando pueda a mis lectores.
    Xx Ek13

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