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Capítulo 11: 
{Narra Ellen}
Las últimas dos semanas transcurrieron con tranquilidad y lentitud, Jane no me hablaba, algo que no culpaba a nadie excepto a mí misma por ser tan puta. Porque lo era, desde aquella noche, juré por mi vida no ser nunca como había sido anteriormente. Había hecho daño a mi mejor amiga, mucho daño, y eso no podía permitirlo. Los primeros días, la bombardeaba a llamadas y a mensajes que nunca fueron contestados, y a los pocos días dejé de hacerlo. Entendía por qué estaba enfadada. Habían pasado dos semanas. Dos semanas, un día y 7 horas desde la última mirada de Jane. Dentro de unos días, darían comienzo las clases. Los últimos meses de clase y ya era libre. Lo que también significaba, volver a ver a Dan y su asquerosa mirada pegajosa y con aire superior, cada día le odiaba más. Y respecto a Tom, salí corriendo de aquella casa segundos después que lo hizo Jane, por lo que me fui sin despedirme de nadie, aunque si había quedado con él algunas ocasiones, pero sin roces ni nada de nada. Me había asegurado en mantener distancias, ir poco a poco y conocerlo bien antes de nada, y no me arrepentí de ello, Tom era un auténtico cabrón, al igual que muchos chicos que conocía, era igual a todos, arrogante, estúpidamente creído, egocéntrico, y sólo buscaba un lío y nada más. Pues que le peten. Estaba harta de tantas estupideces.
También había quedado repetidamente con Jess, y la verdad era que era un cielo de chica, tímida, pero muy  simpática, y le había cogido mucha confianza. Eso si, cada vez que quedaba, era sin Jane, pero a veces, ella intentaba volver a unirnos, quedaba conmigo y en vez de venir Jess, venía ella, y cada vez que la veía, sonreía como una tonta, pero ella se me quedaba mirando y daba media vuelta:
-Jane, ¿podemos hablar?-dije yo, mientras ella ya estaba dándose la vuelta.
Se detuvo y se giró, hasta quedar a unos pocos metros delante mía, mirándome sin expresión en la cara.
-Yo creo que está todo hablado y aclarado.
Y tenía razón.
-Jane, yo no te pido que me perdones, por que entiendo que no me querrás perdonar ahora, pero por lo menos escúchame. Por favor.
La mirada de Jane se formó hasta que una pequeña lagrimilla se asomaba por el ojo. Asintió.
-Entiendo al completo que estés enfadada, mi comportamiento ha sido pésimo durante estos días, no he sabido comportarme como es debido y yo me hubiera pegado una buena torta en la cara, pero en fin. Simplemente no sé lo que hacía, tenía la sensación que esta era mi vida y que podía hacer todo lo que quería sin importarme nada, pero ahora me doy cuenta que no estoy sola en este mundo y que hay gente a mi alrededor y que también pueden importarles mis actos. Y no he sabido contenerme cuando tuve que hacerlo y he hecho daño a la persona que formó mi vida. Así que me he prometido a mí misma, contenerme y en no ser tan egoísta como lo he sido hasta ahora.
Jane me seguía mirando, con las manso metidas en los bolsillos. No sabía que decir, al igual que ella. Genial, un silencio incómodo es lo que menos quería ahora. Jane me dedicó una última mirada antes de darse la vuelta y volver a desaparecer.
Había jurado que me había sonreído.
Y eso no era todo, mi padre había empeorado, era cierto que sólo se había dado un golpe tonto con el coche, pero lo que yo no sabía -él sí lo sabía- era que tenía un avanzado cáncer de pulmón, y eso me impedía salir de casa, tenía que cuidar de él día y noche, éso, hasta que tuvieron que volver a ingresarle de urgencia en el hospital, después de haber sufrido un ataque de asma. Otra cosa de la que no tenía ni idea, mi padre con asma. Así que estaba sola en casa, aburrida y sin nada que hacer, no quería visitar a mi padre de nuevo, había estado a la mañana, y veía que no necesitaba mi ayuda en nada, una máquina comía por él, bebía por él, estaba en condiciones de hablar, pero no de comer, y me daba algo de lástima verlo así, tan débil. Cuando era niña siempre le consideraba un héroe, mi héroe, que era fuerte y nada ni nadie podía vencerle, y verle así me partía el corazón en pedazos.
Mi vida era una auténtica basura, cada día tenía menos ganas de vivir, mi yo de antes había desaparecido por completo, la Ellen que vivía la vida pasara lo que pasara y a la que no le importaba nada ya no estaba, en parte, me sentía orgullosa de ello, había madurado, había dejado de ser como una niña y no preocuparme por el futuro que tenía, no darme cuenta de las muchas estupideces que cometía. Pero por otra, la echaba algo de menos, echaba de menos hacer travesuras sin pensar en cómo podrían acabar, en divertirme.
Suspiré.
Así era mi nueva vida.

{Narra Jane}
5:17 a.m.
                                         "Listo?"
Uff
No había dormido nada.Me proté los ojos y salí de la cama. Perezosamente y arrastrando los pies entré en el baño y me metí a la ducha.
Hoy era el día.
                                                             "Listo(="
Era cierto que no había dormido nada, pero no tenía sueño -otra cosa es que estaba perezosa- en absoluto, estaba nerviosa, muy nerviosa.
En las dos últimas semanas había pasado cantidad de cosas, seguía sin hablar con Ellen, aunque ya no estaba enfadada como antes, es verdad, se había pasado, pero parecía realmente arrepentida. Hasta se había planteado a cambiar. Eso sí era nuevo, siempre la había visto loca y desbocada y verla así de tranquila y pausada me chicaba bastante, y eso que solo la había visto un par de veces.
Jess había hecho muy rápido amigos, aparte  de mí y de Ellen -que parecía que habían congeniado de maravilla. Era un cielo de chica- , había conocido una chica muy maja en el conservatorio. Se llamaba Lena y era guapísima. Tenía un largo pelo marron con preciosos ondas perfectas, y unos ojos grandes marrones, muy muy expresivos y tenía la boca pequeña y unos dientes blancos y perfectos. Me la había presentado y habíamos quedado más de una vez las tres para ir a tomar algo y dar una vuelta y la verdad es que era majísima, era muy tímida y romántica y sobre todo soñadora. En los últimos meses conocía a más gente nueva de lo habitual y no me estaba llendo nada mal.
Harry había visitado repetidamente la ciudad por diferentes razones, la primera vez que vino, fue con Yina y con los demás chicos de la banda el fin del instituto -desgraciadamente, yo aún tenía que enfrentarme a otro trimestre para terminar por fin-. Le había presentado a Jess, que, como de costumbre, habían congeniado de maravilla, esta claro que Jess no se lanzaba a Harry como lo hacía Ellen, pero aún así, se veía que se llevaban bien, y respecto a Yina, no estaba tanto a la defensiva con ella como lo estaba conmigo, que, por cierto, ya no lo estaba tanto como cuando fui a su casa, algo que, de alguna u otra manera, me extrañaba y a la vez me agradaba, la veía mucho más maja y mejor persona.
Vino una segunda vez, ésta vez con su madre, que tenía que hacer un recado y aprovechó el viaje para hacernos una visita y entonces fue cuando me lo ofreció. Ya sabía la fecha y había rellenado y enviado el formulario para presentarse y tuvo el precioso detalle de invitarme a ir con él detrás del escenario, junto con familiares y amigos.  Jess ya había llamado para ir como público junto a Lena y a Ellen. Estaba realmente emocionada. Y así iba a ser nuestro día, a la mañana soportar los contantes dolores de estómago por culpa de la mucha adrenalina que generaba mi cuerpo a causa de los nervios y las largas colas del estudio. Suponía que más tarde iríamos a beber algo en algún bar famosillo de Londres.
Uff.
Apagué el grifo y salí de la ducha con la toalla envuelta alrededor mía. Salí del baño y me dirigí a la habitación con sigilo para no despertar  a mi madre. Abrí el armario y escogí la ropa. Cogí una camiseta blanca de manga corta con un hueso negro que decía "Busco dueño" , unos pantalones pitillo negros y las converse negras también. Agarré la sudadera blanca con Minnie Mouse por si hacía frío.  Me puse la ropa con rapidez y me ahuequé el pelo con la toalla.
Miré el reloj. las  5:30
Wow, tiempo récord.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. No tenía hambre, pero prefería no salir a la calle y pasar el día fuera con el estómago vacío, por lo que abrí el frigorífico y agarré un brick de zumo de naranja. Cogí una manzana y la bolsa de madalenas del armario y me senté a la mesa, no sin atnes encender la radio.
Escuché sin mucho interés One de U2 rompiendo un cacho de madalena y bebiendo de morro del envase del cartón.
Para mi sorpresa, un chico de unos 20 años entró en la cocina medio desnudo y se llenó un vaso de agua.
-Emm..hola?-dije, suponiendo que no me había visto.
El chico se giró bruscamente y me miró con el mismo miedo con el qu hubiera mirado a una enorme araña.
-¿Qué haces aquí?
-Vivo aquí.
-¿Eres la chacha?
-¿Cómo?- me levanté de la silla-. Soy..tss, ¿por qué respondo a tus preguntas? ¿Quien  eres tú?
-Puees... si te digo el nombre no me vas a conocer.
-Coño, ¿qué haces aquí?
-Humm..pues supongo que me emborraché, me lié con un pedazo de tía y..en fin, aquí estoy.
-¿Con Emma?
-¿Así se llama?
Suspiré.
-¿No te sabes el nombre de la chica?
-Pues no.
-Joder...
-Vale, ahora responde tú a mi pregunta. ¿Quién eres?-preguntó por segunda vez, poniendo los puños cerrados en las caderas.
Suspiré de nuevo. No había podido coger uno más estúpido.
-Soy la hermana de la "belleza"-entrecomillé la palabra con los dedos.
-¿Qué pasa? Es guapa...
Me llevé la mano a la frente. Qué paciencia hay que tener con algunos.
Miré el reloj. 5:35 
Mierda, otra media hora con éste. Buf....
-Y.... eem...¿Dónde está Emma?-dije, poniendo cada cosa en su sitio y apoyandome en la encimera, cruzando los brazos.
-¿Quién?-mordió una madalena salvajemente, las migas saltaban hasta aquí.
-La que te has cepillado-dije alargando las palabras, dando un manotazo a un trozo de madalena que había caído sobre mi hombro.
-Aaah, está arriba, murmurando cosas sin sentido. Por cierto, tienes una habitación muy bonita.
-¿Has entrado en mi habitación?

-Ya te digo.
-¿Y para qué entras?
-Me la enseñó tu hermana, una cama muy cómoda-asintió, tirando el papel a la basura.
-Puaj, ahora mismo cambio las sábanas.
-Tranquila mujer, si no hemos hecho nada.
-Lo que me faltaba...
Emma apareció por la puerta con una camiseta blanca de cinco tallas la suya, sólamente con eso. Nada más entrar, me miró sorprendida.
-¿Jane?¿Qué haces aquí?
-Otra.. ¡que vivo aquí!
Hizo un gesto con la mano y le dio un apasionado beso en los labios del chico.
Miré hacia otro lado.
-Ya has conocido a mi chico, como veo.
-Sí, y de menuda manera...-murmuré.
-Os presento, Jane, éste es Dave, y Dave, este es el parásito de mi hermana Jane, que prácticamente, me arruinó la infancia.
-Perdona, pero no era yo la que te ponía pollas de plástico bajo la almohada.
-Qué tiempos más bonitos.
-Llámalo como quieras, pero se me quedó.
-Por cierto, ¿cuántos años tienes?-me preguntó Dave.
-16
-15
Suspiré
-Cumplo 16 en junio
-Pues eso, 15-dijo Emma de nuevo.
Rodeé los ojos.
-¿Y tú?-desenrosqué el tapón del cartón del zumo y bebí un trago.
-23
Casi me atraganto.
-Bueno, cumplo 24 en agosto.
-Joder, ¿y qué haces con uno de 24 años, Emma?

-Buff, mejor no te lo cuento, que entonces sí te traumatizarías.
-Vale, vale, no quiero saberlo-me froté los ojos con los dedos.
-Ahora que lo pienso, ¿qué haces despierta tan pronto?

-He quedado con un amigo.
-Uuuh, ¿ese tan guapo de rizos?

-Se llama Harry.
-Ya decía yo que te habías puesto guapa-arqueó las cejas.
Miré hacia abajo y me observé a mi misma.
-Tampoco es para tanto.
-Ya, pero era para emocionarte un poco.
Mi hermana habrió el armario y sacó unas galletas Principe. Agarró dos y le tendió una al chico, que observaba calladito nuestra absurda conversación.
-¿Y tú qué?
-Dave tenía hambre, asi que bajó. Me sentía sola y bajé con él.
Volví a mirar el reloj. 5:45
Agarré la sudadera y me metí el móvil al bolsillo.
-Bueno chicos, me voy, pasaroslo bien y no agais mucho ruido.
-Uff.. no te lo prometo.
-Que te follen, Emma-dije con cariño.
-No te preocupes, de eso ya me ocupo yo-Dave me guiñó un ojo.
uff..

2 comentarios:

  1. Muy bueno!!! jaja me reí con Dave.. jaja Sube prontoooo...!!!
    Se me pira...
    Besos
    --Raquel

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  2. me encanta tu nove! jajaja
    sube siguiente cuando puedas! :)

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