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Capítulo 6:
{Narra Jane}
Un terrible dolor de cabeza apareció al despertarme. Me pasé la mano por la frente y suspiré. Lo primero que ví fue el blanco techo, intenté sonreir, pero otro inmenso dolor me volvió a atravesar, por lo que suspiré de nuevo. Hice un intento de volver a dormirme y me giré, y entonces fue cuando se me heló la sangre: Harry estaba a mi lado tumbado, descubrí que no llevaba camiseta.
Oh-Oh.
Enseguida observé debajo de las sábanas y para mi gran alivio, los dos con servábamos la ropa interior. ¿Ropa interior?¿Qué hacía en ropa interior, con Harry en la misma cama?¿Y por qué no me acordaba de nada? Las únicas imagenes que había en mi cabeza era el hermoso decorado, el encuentro con los chicos, la actuacion... ¿y después qué? Me incorporé despacio y observé la habitación.  Estaba desordenada. Muy desordenada. El vestido de flores estaba colgado desordenadamente en una silla, la americana de Harry estaba tirada en el suelo y su camisa colgada del picaporte de la puerta.
Mierda, mierda, mierda.
Me volví a tumbar con cautela, para no despertarlo, ¿qué le diría cuando se despertara? Uff, si ni siquiera yo sabía lo que había pasado. ¿Cómo habíamos llegado a esto?¿Y por qué no me acordaba de nada? Me quedé observando a Harry, que fruncía el ceño de vez en cuando, cuando derrepente abrió los ojos despacio, ¿y ahora que hago?, me pregunté. No podía salir corriendo ni esconderme bajo la cama. La mejor opción que se me ocurría era hacerme la dormida, por lo que rápidamente cerré los ojos y respiré profundamente. Lo miré con mucho cuidado por el rabillo del ojo.
Se pasó la mano por la cara y después, giró la cabeza y me miró asustado. Suspiró, cerrando los ojos. Se repetía algo en susurros, pero no pude entender lo qué decía. Se tumbó de nuevo, no sin antes hecharle un vistazo a la habitación, que tubo la misma reacción. Me miró sin expresión. Por un momento parecía confuso, no sabía como reaccionar, qué hacer.
Pasó el dedo despacio por mi brazo, haciendome cosquillas, y mil sensaciones me sacudieron el cuerpo.
Casi sin querer, abrí los ojos despacio y vi a Harry, tumbado, mirándome. Rápidamente, apartó la mano.
-Ui, perdón, no quería despertarte.-dijo sonrojándose.
-¿Harry? ¿Qué... qué ha pasado?-me froté los ojos, incorporándome y sentandome en la cama.
Observé la habitación de nuevo, con el mismo miedo que la anterior. Harry, por su parte, se quedó tumbado
-Justo me preguntaba lo mismo.
Con un suspiró me volví a tumbar y observé cómo Harry miraba el techo y recorrí con la mirada todo su torso desnudo, firme, pulido, y un pequeño detalle me llamó la atención:
-Harry-le llamé.
Se giró y me miró.
-¿Tienes cuatro pezones?-dije con una sonrisa divertida.
Soltó una carcajada suave.
-Eso es lo que me encanta de tí-dijo al fin.
-¿El qué?
-Que jamás vas a imaginarte lo que vas a decir.
-Oh, ¿y eso es bueno o malo?
-Me encanta-me sonrió.
Reí bajito, pero enseguida me arrepentí de ello, ya que otro foco de dolor me volvió a atravesar. Cerré los ojos y me cubrí la cara con las manos. Ninguno de los dos hablábamos, ¿qué podíamos decir? Según él, tampoco se acordaba de nada. Estaba claro, había tenido que ser por el ponche, algun graciosillo que se aburriría. "Como lo pille...."
-Yina-dijo derrepente.
Sorprendida, aparté las manos y le miré.
-¿Qué?
-Voy a hablar con ella-apartó la colcha de encima suya y se levantó.
-Yo..eeh..me quedo aquí.-el parecía no tener ningun problema en que le viera de esa manera, pero yo prefiriría que no me viera en ropa interior.
Sonrió, entendiendo la situación y entró en el baño de la habitación

{Narra Harry}
-¿Yina?
-¡Harry!¡Buenos días!-su voz sonaba alegre y vivaz, chillona.
-Por favor, no chilles.
-Uich, perdón.
-Bueno, ¿qué tal?
-Bien ¿y tú?
-Yina, ¿qué pasó anoche?-dije llendo al grano. Su voz no era lo más aconsejable para el dolor de cabeza.
-¿Cómo que qué pasó?¿Qué ocurre?-sonaba nerviosa.
Suspiré.
-¿Hechaste tú algo en las bebidas?
Silencio.
-Haz el favor de responderme.
-Está bien-suspiró-. Puede que le heché un poquitito de alcohol en vuestras bebidas.
-¿Y por qué?
-Porque.....¡sólo quería un poco de movimiento!
-No, chilles.
-Perdón, perdón. ¿Por qué me lo preguntas?¿Ha pasado algo?
-Nooo, qué vaa-dije sarcástico-.Sólo me he despertado en la misma cama que Jane, medio desnudo, con dolor de cabeza y sin acordarme qué paso.
Otro silencio.
-Yina.
-¿Qué?
-Sigo sin entender por qué lo hiciste.
-Hijo, tampoco es mi culpa que bebiste demasiado y luego quién sabe qué hicisteis en esa cama.
-Pero no deberias haberlo hecho. Yo quería que fuera una noche tranquilita, sin problemas ni lios.
-¿Y si lo olvidamos? Borramos esta noche de nuestras vidas.
-Joder, Yina, se suponía que debería de haber sido la mejor noche de mi vida. Un poquito de ponche, un poco de tu tontería y ¡zas! Todo a la mierda.
-Tienes razón. Joder....
-Luego hablamos,¿vale?
-Muy bien. ¡Cuidatee!
-¡Que no chilles!
-Perdón, perdón. Un besito
-Adios.
Colgué y apoyé el móvl en el lavabo. Me mojé la cara  y me miré en el espejo. Mi pelo estaba enmarañado y desordenado y tenía los ojos algo hinchados.
Joder, joder, ¡joder!
Estaba enfadado. Muy enfadado. Jamás hubiera imaginado que Yina me hiciera esto, bueno, si, pero no de esta manera. Me conocía. Me conocía muy bien y sabía la manera de molestarme. Para nada que tenía una amiga ya tenía que pensar mal y estropeármelo todo. También sabía lo mucho que me afectaba el alcohol y lo mucho que era capaz de hacer y de olvidar.
Me costaba mucho preguntarme esto, pero, ¿y si lo había hecho con ella? No era seguro, pero tampoco lo podía descartar. Mierda. ¿Y si antes de esa noche, Jane era virgen? Entonces si que la había cagado por completo. ¿Qué pensaría ahora de mí?¿Tenía que hacer caso a Yina y olvidar aquella noche? Genial.
Pensando en todo aquello, enfurecí más todavía y pegué una patada al armario de madera del baño, haciendo un sonoro ruido. Seguidamente me senté en una silla cercana.
-¿Harry?¿Estas bien?-preguntó Jane, al otro lado de la puerta, perocupada.
-Eh, sí, no te preocupes, ya salgo.
Mierda, ¿y ahora qué hago?, me pregunté, no podía salir así, en boxers. Era verdad que acostrumbraba a andar desnudo por casa, pero no cuando había visita.
Entonces se me ocurrió algo...
Solía tener ropa en el armario, por si pasaba algo parecido-no penséis mal, esto no pasaba todos los días.
Me levanté y rebusqué en él. Por suerte, había unos pantalones vaquero y una camiseta blanca. Me la puse y salí de la habitación.
Jane se había levantado de la cama y se había puesto un albornoz corto y negro de seda. Estaba sacando ropa de su maleta.
-Am...¿te importa si me ducho?-dijo mirándome.
Aunque las ojeras invadían su rostro, estaba guapísima. Sus ojos eran más azules de lo normal y su pelo enmarañado le añadía un toque salvaje y muy sexy. Además, ese albornoz le hacían que las piernas fueran larguísimas y delgadas. No pude evitar mirarla embobado y ponerme nervioso.
-Eh, sí, quiero decir, no. No me importa que te duches. Adelante-tartamudeé.
Patético.
Sonrió y se acercó a la puerta del baño, pero se detuvo delante mía.
-Ah, me encantan tus pezones de más-alargó el brazo y me dio un pequeño pinchazo con el dedo índice en la tripa, rió bajito y entró en el baño.
Uff....
Sacudí la cabeza y me puse a recoger un poco la habitación. Yo no era ordenado para nada, pero un mínimo....Además, tenía que quedar bien delante de una chica. Y más si es una chica como Jane..
Después de haber recogido la habitación mas o menos, salí de la habitación y bajé las escaleras despacio, hasta entrar en la cocina.

{Narra Jane}
La ducha me había dejado como nueva, no había ni rastro del dolor de cabeza y las ganas de devolver se habían desvanecido por completo.
Colgué la toalla en el colgador y salí del baño.
La habitación estaba vacía, por lo que aproveché para dar una vueltita a la habitación. Observé cada una de las fotos que estaban colgadas de las paredes. En una pizarra de corcho, colgada encima del escritorio, había unas cuantas fotografías de él y más gente, en una de ellas reconocí a Yina, que guiaba un ojo y sacaba la lengua, en cambio, Harry sólo sonreía. Encima del escritorio, había una foto enmarcada de su gata. Era preciosa, y menudos ojos. Al igual que el dueño.
Sacudí la cabeza, borrando ese pensamiento y seguí recorriendo el escritorio con la mirada. Un papel con una gran "X" me llamó mucho la atención. No quería ser cotilla pero lo leí igual:
                                                                The X factor
Una nueva edición del programa comienza este año y de nuevo queremos invitarla a participar. Los castings comenzarán el 05/4 y finalizarán el 24/5 para así comenzar los talleres a mediados de junio.  También queremos informar que este año admitiremos las bandas musicales para tener más variedad en los escenarios. Aquí os dejamos los horarios por si hay dudas:
       Lunes a Sábados: 9:00-18:00
       Domingos: 10:00-13:00
A continuación tienen el enlace para imprimirlo y rellenarlo y enviarlo a nuestra dirección.
Os deseamos muchísima suerte a todos los participantes.

Atentamente, el jurado.


"I'm feeling sexy and free..." La canción de "Domino" de Jessie J interrumpió mi lectura. Rápidamente, dejé los papeles encima de la mesa y me dirigí hacia la mesa de noche, donde agarré el móvil y me lo llevé al oído.
-¿Si?
-¡Jaaaaaany! ¿Qué tal, amor?
-Oh, hola, Ellen. Yo..muy bien-vacilé-.¿Y tú?
-¡Genial! ¿Te he despertado?
-Oh, no, no, estaba..hummm...leyendo una cosa.¿Por?
-No sé, te oigo rara. En fin, da igual, ¿qué tal todo por ahí?
-Muy bien, tiene una casa muy bonita.
-Ah, ¿y qué hicisteis ayer?
-Hmm,...bueno, hubo una especie de baile...
-¿Baile?-me interrumpió-.¿Como en las pelis americanas?
-Sí, de esas. Bueno, me presentó a su banda, tocaron algunas canciones...
-¿Canta bien?-me volvió a interrumpir.
-Demasiado bien. Y luego...hummm...volvimos a casa..supongo.
-¿Supones?
-Sí. Es que no me acuerdo bien.
Nada más decirlo, me arrepentí de haberlo hecho.
-¿No te acuerdas? ¿Cómo que no te acuerdas? ¿Te emborrachaste?
-Ay, Ellen, que mal pensada eres. No bebí nada-mentí.
-Ya, ya. a, dime a qué hora volvistes
-Humm..¿a las 2?
-¡Ja! Te pille, has dudado. Admítelo, te emborrachaste.
-¡Que no!
-Tss, vale vale, hummmmmm, ¿qué llevabas puesto cuando te despertaste?
-¿Y eso a qué viene?
-Responde.
-Hummm....bueno, pues, lo de todas las noches, ropa interior...ya sabes.
-Vaaale, ropa interior, ¿y qué mas?
-Hummmmm....Nada.
-¿"Nada"?¿Qué es eso?
Reí.
-Pues eso...Nada más.
-Jane, me estas asustando.
-¿Por qué? ¿Tu no duermes con ropa interior?
-Sí, pero...¡No me cambies de tema! Tengo otra pregunta...
-Oh, Dios-murmuré.
-¿Tu eras virgen antes de esa noche?
-Sí, y lo sigo siendo.
-¡Ja! Te pillé de nuevo, dijiste que no te acordabas de más, asi que no puedes estar segura de nada-dijo satisfecha.
-¡Que soy virgen, joder!
-Vale, vale, pero no me chilles.  Y menuda suerte que tienes eh, que resaca no tienes ni pizca.
-Ya, por que tiene una ducha mágica.
-¡Ja! Te volví a pillar, dijiste que no bebiste. Y lo que más me sorprende, es que no me ibas a decir que te has duchado con el, pues muy bien me parece Jane.
-Serás..¡Me he duchado sola!
-Ya, ya.
-Bueno, me voy a desayunar que estoy tardando demasiado. Un beso!
-Adioos, que sepas que no te libras de mí tan fácilmente!
Colgué.
Que mal pensada era Ellen.
Me levanté de la cama y salí de la habitación, bajé las escaleras lo más rápido que pude y entré en el comedor, donde una gran mesa estaba puesta con una gran variedad de comida: huevos, beicon, tostadas, cereales, magdalenas, bollos, cruasanes, cereales, mantequilla, mermelada, zumos, leche y fruta. No tuve otro remedio que quedarme embobobada ante tanta cosa rica. Mis tripas crujieron de hambre.
Ellen tenía razón, no tenía ni rastro de resaca.
-¿Toda esa comida es para nosotros?-dije para mí.
-¿Está bien así?-la voz de Harry me sorprendió.
-Está perfecto-le sonreí.
El me sonrió de vuelta y nos sentamos en la mesa.
-Siempre he querido desayunar beicon, pero mi madre no me deja, dice que engorda mucho.
-No deberías preocuparte por eso.
-¿Qué quieres decir?-dí un mordisco de mi tostada con beicon.
Mmmm, que-rico.
-Eeeh, quee...humm..estas muy bien, no necesitas adelgazar...-dijo nervioso.
Yo no dije nada, solo disfrutaba del maravilloso desayuno.
-Me callo-dijo finalmente.
Entonces si estallé una carcajada.
-No te preocupes, no tengo plan-le sonreí-¿Siempre desayunáis así?-pregunté para cambiar de tema.
-Sólo cuando viene Gemma, y cuando hay invitados.
-¿Quién es Gemma?-pregunté, temiéndome lo peor.
-Mi hermana mayor.
Uuuff...
-Aaah.
La verdad es que estaba más nerviosa de lo que parecía, no estaba acostumbrada a despertarme de esa manera y menos con un chico que había conocido la semana anterior, pero de alguna u otra manera, me sentía muy a gusto a su lado. Pero justo al contrario, Harry sí lo parecía, no comía nada y casi no me miraba a los ojos, como solía hacer. No pude evitar sonreír ante aquella situación.
-Me parece muy buena idea que quieras presentarte.
Harry levantó la mirada y me miró, sus ojos estaban infectados de dudas.
-¿A dónde?
-Al Factor X
Entonces, sus ojos tornaron a sorpresa.
-¿Cómo lo sabes?
-Bueno, yo, cuando hablo por teléfono, no puedo estarme quieta, y ando por toda la habitación, y bueno, antes me llamó Ellen, pues vi el papel del programa encima de la mesa.
Calló y agachó la cabeza. Sonreí.
-¿Vas a ir con la banda?
-En eso había pensado, pero ellos no están tan convencidos.
-Pues preséntate solo.
Se puso pensativo y se encogió de hombros.
-Bueno.
-Gauy, ¿has rellenado ya el formulario?
Negó con la cabeza.
En ese momento, Anne entró en el comedor con el abrigo puesto y con el bolso colgado del hombro.
-Bueno chicos, me voy a hacer la compra, ¿algún deseo en especial para comer?
-¿Tienes macarrones?-preguntó el
Su madre asintió.
-Entonces tengo una idea-me sonrió y guiñó un ojo.

{Narra Ellen}
Colgué el teléfono y lo dejé en la cama.
Que suerte tenía la muy...Pero no tenía otro remedio que apoyarla y fingir que no me importaba, fingir que estaba de acuerdo. Era su amiga y DEBÍA hacerlo.
Miré el reloj, las 12:30.
Llegaba tarde.
Me estiré y agarré el móvil y salí de la habitación. Cerré la puerta del piso y salí de la calle. Eso era lo bueno de vivir en un bajo. Anduve hasta el parque próximo de mi casa, un pequeño llano con árboles y algún que otro tobogán y algún columpio para los niños. Y allí estaba él, al lado del pequeño riachuelo que pasaba por allí.
Hice un enorme esfuerzo para no sonreír y me acerqué a él.
-¿Qué quieres?-pregunté seca.
Se giró bruscamente, sonrió y se acercó para besarme, pero yo aparté la cabeza.
-Hola a ti también, princesa.
-No me llames así.
-Oh, vamos, si sé que te encanta.
-¿Qué quieres, Dan?
-Sólo quería verte.
-Pues adiós-me giré para marcharme, pero él me agarró de la muñeca e hizo que le mirara.
-Tenemos que hablar de lo nuestro.
-¿"Lo nuestro"? ¿Qué es eso?
Rió
-Me encantas-volvió acercarse y esta vez consiguió besarme la mejilla.
-No te lo repito ni una vez más, entre nosotros no hay nada.
Rió de nuevo.
-Si todo esto es por Jane, no te preocupes, hemos roto.
-Sabes que todo eso empezó antes de que rompierais, y la he traicionado.
-No se tiene por qué enterar.
-Ya sé que está mal, pero tampoco tenía pensado en contárselo, si total, solo fue un piquito.
-Tss, ya sabes que no solo fue eso.
-Ya sabes que sí. Solo que sueñas mucho.
-Ya ya. Puero bueno, ya veremos que pasa.
-Dan, no quiero que me vuelvas a llamar, ni a mí ni a Jane, esto se ha acabado, no quiero volver a verte más, y en el instituto, ni se te ocurra volver a dirigirme la palabra, sólo conseguirás que te pegue.
-¿Tu?¿Pegarme a mí?Por favor..
-¿Quieres que lo intentemos?-dije levantando el puño violentamente
-No tranquila.
-Pues eso. Muy bien, ah, y otra cosita, ¿quien era la chica con la que quedaste el sábado pasado?
-Eso no es asunto tuyo.
-Puede, pero me lo vas a decir de todas maneras, ¿o no?
-Estás celosa, ¿o qué?
-¿Sabes que te digo, Dan? Una mierda te comas, y ya me has oído, no me vuelvas a llamar. No pienso volver a gastar mi tiempo en tus estupideces.
Me di la vuelta y caminé hacia mi casa.
-Vamos, no te enfades, ¡si sé que me quieres!-gritó
Paré delante del portal y le alcé el dedo corazón . Saqué las llaves del bolsillo y entré en casa.

{Narra Yina}
Genial.
Genial, genial, genial.
Mi plan estaba llendo genial, aunque igual en incidente de la cama podría haber sobrado. En realidad, mi plan era sólo echarle a Jane, pero entonces caí, que si solo le echaba a ella, la primera sospecha se fijaría en mí. Pero estaba claro que Harry no era tonto, la llamada telefónica lo demostraba. Lo que no entendía es por qué tenía que echarme la culpa a mí. Pero bueno, ¿qué hay de malo en divertirse un poco? ¿Y qué hay de malo en divertirse un poco con la persona que odias? Sí, exactamente, odiaba a Jane con todo yo, sólo que intentaba ser amable con ella, era amiga de Harry, por lo que tenía que demostrarle que no siempre era tan celosa como creía, pero en realidad, sí lo era, y mucho. Cada vez que traía a alguien-no lo hacía con mucha frecuencia, sólo si se iba de vacaciones o a alguna otra ciudad-trataba de ser lo más amable posible, para que hablaran bien de mí delante de él. Pero ese era el gran problema, no sabía si alguna lo hacía, y no sabía la manera de llamarle la atención, lo conocía desde primaria, y aún no se había fijado en mí. Llevaba enamorada de él desde los 12 años. Lo bueno era que nacimos el mismo día del mismo año. 16 años. Cuando éramos pequeños, nuestras madres se juntaban para quedar en dónde se celebraría, mientras que nosotros dos cotilleabamos sobre cualquier cosa debajo del tobogán de su jardín. Pero el último no fue así, él prefirió irse con su amigos por la ciudad, mientras yo comía helado de chocolate viendo "Jersey Shore" y mi madre estaba en Nueva York siendo una de las mejores escritoras del planeta. Además, todo cambió cuando comenzamos el instituto, Harry comenzó a tener éxito con las chicas y yo tenía que tragarme todos los besos en el cine viendo cualquier basura americana. Y él nunca me habían pedido una cita, ni siquiera una de prueba. Pero yo no me desanimaba, simplemente sonreía cuando me presentaba a su nueva novia y lloraba silenciosamente cada noche. Y aunque no habíamos perdido el contacto, no era como antes, que compartíamos hasta la cuchara del postre, pero ahora sólo nos limitábamos a ir juntos al instituto u volver a casa juntos. Pero nada más.
El sonido del timbre de mi casa me sobresaltó, solté el móvil y bajé lo más rapido que pude las escaleras. Abrí la puerta y una agradable sorpresa me invadió. Él me sonrió cuando la abrí.

3 comentarios:

  1. Este es el mejor capitulo que has subido. En serio, el que mas me ha gustado.
    Cada vez me cae peor Ellen. Yina me da un poquito de pena, pero solo un poquito.

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  2. Me gustan muchísimo tus capítulos. Me esta cayendo mal Ellen, y la pobre jane, espero que no pasara nada...

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  3. y la ellen se supone que es amiga de jane? que asco de tia me cae mal...ahora...yina..pobre chica estar enamorada de harry todos estos años :/
    Me ha gustado muchisimo este capii siguela ^^

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