20~

Capítulo 20:
{Narra Jane}
-¡Mamá!
-Feliz cumpleaños cariño, ¿qué tal el día?
-Genial, me han preparado un desayuno delicioso, pero no me dejan recogerlo -miré fijamente a Ellen
Ella me sacó la lengua, mientras Yina jugaba con mi pelo.
-Es normal, es tu cumpleaños y quieren que lo disfrutes.
-Ya lo sé, mamá, pero me siento mal.
-Deja ya de ser tan maníaca y disfruta.
Suspiré.
-Lo intentaré.
-Así me gusta.
-¿Y qué tal tú?
-Bueno, os echo terriblemente de menos a ti y a tu padre. Sobre todo a ti.
-¿Emma no está en casa?
-Ya sabes como es tu hermana, tan reservada y tan.. -suspiró-, en fin, casi no sale de su habitación y si lo hace es para comer, volver a entrar o irse a la calle, además, no me da besos como tu.
-Así es Emma.
-Como desearía tenerte aquí conmigo.
-Awww, tranquila mamá, en una semana estoy ahí.
-Tengo una sorpresa para tu cumpleaños.
-¿En serio?
-Sí sí, esta aquí, a mi lado. Es grande -pude escuchar como sonreía pícara al otro lado del teléfono.
-¿Qué es?
-Si te lo digo ya no será una sorpresa.
-Hmmm.
-Bueno cariño, te cuelgo, que tu hermana quiere que le prepare el desayuno.
-¿Ahora se despierta? ¡Si son las 11!
-Ya ves. Luego no comerá.
-Normal.
-Un beso, ¡y a disfrutar!
-Adiós.
Colgó.
-Hay que ver cómo es tu hermana... -murmuró Ellen.
-Simplemente le gusta joder un poco a la gente que le rodea, aunque sea su propia madre o hermana. ESa chica no va a acabar bien.
-¿Emma es la chica con el vestido blanco que casi le come a Harry con la mirada en el parque cuando estuvimos en Londres?
Ellen y yo asentimos.
-Esa misma.
-Vaya, ¿no tenía novio?
-Claro, si cuentas los "novios" que tiene como Dave, tendría unos 20-30
-¡Ala! ¿30?
-Ya ves, mi hermana es un putón.
-Y los chicos tontos.
-También.
Yina se levantó del sofá.
-Voy al baño, ahora vuelvo.
-Vale.
Ellen miró a Yina subiendo las escaleras, cuando desapareció, se levantó y se sentó a mi lado.
-Cuéntame.
-¿El qué?
-¿Cómo que "el qué"? Todos vimos como los dos desaparecisteis bajo la lluvia.
-Ah, eso.
-Cuenta, ¿como fue?
-¿Como fue el qué?
-¡Chica!
-Ains, no especificas nada -intenté escacearme.
-Te besó, ¿a que sí?
No dije nada, ella me miraba sonriendo, hasta que al final, yo también solté una pequeña sonrisita. Ellen pegó un chillo.
-¡Shht!
-¡Que mono! Un beso bajo la lluvia, tan jodidamente romántico -puso ojos de soñadora.
-Shh, Yina puede volver.
-Mierda, la otra, ¿piensas decírselo?
-No sé. No quiero hacerle daño.
-Lo sé. Pero es que es tan mono.
-¿Y ahora qué, Ellen?
-¿Cómo y ahora qué?
-Estamos saliendo, no etsamos saliendo. ¡Arg! Que lio...
-¿Y a mí que me cuentas? Pregúntaselo.
-Qué vergüenza...
-¡Pero es que sois tan monos! Que buena pareja haceis.
-No somos pareja.
-¿Y tú que sabes? A lo mejor él quiere, ¿tu quieres?
-Pues no sé...
-¡Ai que monos los dos!
Suspiré.
-¿Qué pasa? Deberías alegrarte!
-No me pasa nada, simplemente no sé que hacer.
-Que cabezota eres, ¿quieres algo con él o no?
-Hmm, sí, supongo..
-¡Pues ya esta! ¡Ve a hablar con él! Yo no me lo pensaba más.
-Que vergüenza...
-Ains, qué paciencia hay que tener, ¡Dios!
-¿De qué hablais? -dijo Yina, entrando y sentándose en el sofá.
-¡De nada! -miré a mi alrededor-. Hmmm... ¡de cerezas! -cogí una del cuenco de encima de la mesa y me la metí en la boca.
Ellen se llevó una mano a la frente.
-Claaro, de cerezas...
-Olvídalo.
-Vamos a darnos un baño -Ellen se levantó.
-¿Eso es una pregunta?
-No, vamos.
Suspiré y cogí su mano.
-Espera, hmmm, voy a por un trozo de fruta.
-¿Ahora? Si vamos a comer en seguida.
-Ya lo sé, pero necesito comer algo.
-Está bien, pero no tardes -dijo Ellen, después de suspirar.
Solté su mano y esperé a que salieran a la calle. Después, con pasos sigilosos me dirigí a la cocina. Como esperaba, ahí estaba Harry, pero no estaba sólo, Jess y Lena le acompañaban.
Respiré hondo y entré en la cocina.
-Decirme, ¿en qué puedo ayudar? -puse los brazos en jarras.
Los tres levantaron las miradas y me miraron.
-¡Jane! ¿Qué haces aquí?
-Hoy me toca hacer la comida, y eso es lo que voy a hacer.
-No no, ni hablar.
Jess se puso a mi lado y me cogió del brazo.
-Que sí, va, decirme que hago yo.
-Nada, venga, en serio, ya lo hacemos nosotros, tu sal.
-Que no. Quiero ayudar.
Miré alrededor, sin escuchar sus negaciones e ignorando los constantes tirones de Jess a mi muñeca. Sobre la mesa había una gran fuente vacía con lechuca a su lado. Solté mi mano de Jess y avancé hasta la mesa.
-Me da igual que me digáis, voy a hacer la ensalada -cogí la lechuga y comencé a quitarle las hojas.
Los tres suspiraron.
-Eres una cabezota, venga, suelta eso.
-No, os voy a ayudar.
Me acerqué al armario y encendí la radio.
-¿Veis? Ya vereis que con un poco de música nos divertiremos.
Volví a mi sitio y comencé a colocar las hojas en la fuente de plata.
Harry suspiró.
-Está bien, tu ganas, pero luego friego yo -dijo acercándose a mí.
-Eso ya lo veremos.
-Los mimos para luego -Lena se puso a mi lado, cogió un tomate y empezó a cortarlo en trocitos.
Le arqueé la ceja. Ella sonrió divertida y me sacó la lengua. Jess carraspeó.
-¿Y a Ellen le parece bien que estés aquí?
-No lo sabe.
-¿No lo sabe?
-Nop, iban a bañarse y yo he ido a coger un trozo de fruta. O eso cree ella.
Di un respingo al escuchar la canción. "I'm a Believer" de Smash Mouth. Mis nervios empezaron a subir y mis mejillas comenzaron a sonrosarse. Esa canción me traía muchos recuerdos, y, de alguna manera, significaba mucho para mí.
Hay momentos en la vida que no se olvidan, como cuando di mi primer beso de vacaciones en Málaga, España, cuando me mudé a Inglaterra y conocí a Ellen y me enamoré de Dan, cuando vi su iPhone en el sillón del autobús y nos conocimos al día siguiente, como cuando Harry cabtó esa misma canción sobre el escenario en ese gimnasio del intituto, cuando me desperté en su cama medio desnuda, fruto de un error, cuando lo vi cantar en el plató del Factor X, o como cuando me besó bajo la lluvia la noche anterior.
Sonreí, cerrando los ojos con fuerza y mordiéndome el labio, al recordar todas esas cosas.
-¡Ei Jane!
-¿Qué?-carraspeé-, perdón, no estaba escuchando.
-Ya, ya me había dado cuenta.
-¿Qué decías?
Jess suspiró.
-Decía, que ya sabes cómo es Ellen, casi más cabezota que tú.
-¿Más? -Lena miró a Jess.
-¿Y qué quieres decir con eso?
-Que no se cansará hasta sacarte de aquí y, creeme, no tardará en llegar.
Tenía razón, pero me limitaba a ignorarlo.
La canción me había dado recuerdos, ánimos y, además, me ayudó a darme cuenta de una cosa que podría haber marcado mi vida.
Aparté la mirada y lo miré sonriendo. El, como siempre, me devolvió la sonrisa, su preciosa, blanca y perfecta sonrisa.
Ahora si estaba totalmente segura, pero aún había una cosa que aún no había podido resolver.
¿Realmente me había enamorado?

3 comentarios:

  1. en seriio, cada diia me enamoras mas, tu y tu forma de escriibiir...! :)
    es tan aghjaghjgahj.. no tengo palabras! :)

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  2. me encanta
    sube el siguiente pronto porfaaa!!!!!!!!!!!!!!

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