21~


Capítulo 21:
{Narra Jane}
Con las mejillas ardiendo, aparté la mirada y, por mi sorpresa, estornudé dos veces seguidas, dando un pequeño brinco.
-Salud, ¿estas bien? -preguntó Jess, notándose la preocupación en la voz.
-Sí, sí, tranquila, será la alergia.
-¿Alergia?A qué le tienes alergia?
-Emm,.. pues.. no lo sé. Olvídalo, sigamos
Volví la mirada hacia la fuente con la ensalada ya lista, aunque seguía notando los ojos de Jess clavados en mi. Con un resoplido suave, prosiguió con la comida.
-¿A dónde demonios has ido a coger el trozo de fruta, Jane? ¿Al jardín del Edén? -dijo Ellen entrando en la cocina, con los puños sobre las caderas.
Yo la miré perpleja.
Arqueó una ceja.
-Te lo voy a decir tranquila. Sal de ahí y ven con migo fuera. Ya.
Resoplé,y con los brazos colgando me dirigí a ella.
-Así me gusta.
-Te lo dije -canturreó Lena.
-Gracias Ellen -dijo Jess sonriéndole.
Ellen agarró mi muñeca y, sonriendo y saludando con los dedos, salió de la cocina.
Con los labios apretados, dejé que me arrastrara por el salón hasta salir a la calle, en donde Yina estaba hablando por teléfono y Zayn y Liam en la piscina, el primero sentado en el bordillo. Avanzamos hasta allí y ambas nos sentamos a su lado.
-¿Con quién habla Yina? -cuestionó Ellen.
Zayn se encogió de hombros.
-Lleva ahí un buen rato dando vueltas y murmurando cosas.
Levantó la mirada y miró a Liam, que tenía los brazos apoyados en el bordillo. Ellen se levantó, se quitó la camiseta y se tiró al agua de cabeza.
-¿Calor o qué?
-Buf, y tando -respondió pasándose la mano por el pelo y poniéndose al lado de Liam.
Zayn se frotaba el brazo.
-Eh, ¿desde cuando fumas?-pregunté fijándome en él.
Levantó el brazo y observó el medio consumido cigarro que tenía entre los dedos
-Bff, desde los 13 años.
-¡¿13 años?! -escandalicé.
-Sep, era tonto y sin cerebro, pero, por desgracia, es muy viciante.
-Aah
-¿Me das?
Miré sorprendida a Ellen.
-No, no le des. Si tu no fumas.
-Y no fumo. Dame, por favor -dijo alargando el brazo.
-No
Zayn intercambiaba miradas entre ambas, sin saber muy bien qué hacer.
A pesar de mi severa mirada, siguió alargando en brazo y sonriendo a Zayn como una tonta, con los ojos brillantes.
Respiré hondo.
-Elle, por favor, no fumes.
Me miró y esbozó una suave sonrisa.
-Está bien, pero lo hago por ti, eh -dijo poniendo a mano sobre mi rodilla.
Yo también sonreí.
-Gracias.
Segundos después, sentí unas manos sobre mi espalda y al momento me vi en el agua. -¿Quién coño..?
-¡Felicidades!
-¡Harry!
Ellen reía a carajadas.
-¿Tú de qué te ríes? -dije tirando de sus piernas.
Salió del agua tosiendo.
-¡Te mato!
-Aaah, ¿quién se ríe ahora, eh? -dije después de reír y sacarle la lengua.
Ella me devolvió el gesto.
-Louis está arriba hablando por teléfono y Niall duchándose.
-Vaya, ¿los has estado espiando? -le pregunté.
-Solo un poco, pero solo a Lou, a Niall no me hace falta -dijo apartando la mirada -, ya me entendéis se está duchando y tal..
Reí con un resoplido.
En ese momento, Lena salió con una tostada en la mano.
-¡Eh! ¿Os estabais bañando y no me habéis llamado?
Salí del agua sonriendo y apretando la camiseta para que saliera el agua.
-No tenía plan de bañarme, pero alguien me empujó -dije mirando a Harry desafiante, después de ponerme a su lado.
-¿Otra vez?
-Sip.
Se encogió de hombros.
Y, sin pensármelo más veces, descrucé los brazos y di un leve empujón al hombro de Harry, suficientemente fuerte como para que perdiera el equilibrio y cayera el agua.
-Olé.
Al salir a la superficie, se sacudió los rizos mojados.
Me mordí el labio.
Ellen volvió a reír.
-Dulce venganza -me volví a cruzar de brazos, sonriendo, mirando cómo se quitaba la camiseta y la lanzaba apuntando hacia mí y aterrizando, sin éxito, a mi lado.
Me agaché y a coloqué en una silla.
-Te dije que me vengaría.
-Lo sé, por eso me he tirado -me guiñó un ojo.
-¿Que te has tirado? Já.
-¿Con quien demonios habla Yina? Lleva ahí más de media hora.
-Ni idea, pero parece muy concentrada la conversación -dijo Ellen.
Avancé la mirada hacia ella. Daba vueltas y se pasaba la mano por el pelo muy a menudo, sentándose y levantándose.
-Parece nerviosa -dijo Harry, ya fuera de la piscina.
-¡Chicos! Ya está la... -dijo Jess acercándose- ¿Qué miráis todos? -dijo mirando la dirección de nuestras miradas.
-Nada, ¿qué decías?
-Que la mesa ya esta puesta y la comida lista, así que cuando queráis...
-Voy rápido a cambiarme de ropa -dije
-Voy contigo-dijo Ellen poniéndose a mi lado y siguiéndome.
-Y yo -Harry también me siguió.
-O pensándolo mejor, hmm, tengo que contarle una cosa a Jess -me giré y miré a Ellen.
Harry avanzó y entro en casa.
Ellen levantó el dedo pulgar y me sonrió. Rodeé los ojos y entré también.

                             ~

Después de haberme secado, peinado y cambiado de ropa, cogí la ropa mojada y la tendí sobre el ventanal de la habitación.
Unos suaves golpes en la puerta hicieron que pegara un pequeño brinco. Giré la mirada bruscamente, mire hacia la puerta y respiré hondo.
-Adelante -dije con la voz algo temblorosa.
La puerta se abrió lenta y unos inconfundibles rizos mojados se asomaron por ella.
Sonreí sin evitarlo.
-Jane, ¿podemos hablar?
-Claro -murmuré.
Cerré la ventana y torpemente avancé hacia él y salí de la habitación, apoyándome en la pared del pasillo.
-He estado pensando.. -se podía notar su nerviosismo en la voz, pero mu mirada seguía segura y fija sobre mis ojos.
También yo estaba nerviosa y notaba como mis mejillas ardían y enrojecían cada vez más.
-¿Sí? -sonreí tímida.
-Ya sabes, anoche en.. -carraspeó-, bueno, el beso y.. tal..
-Sí, sí, estaba presente.
-No sé qué me pasa, Jane, pero cada vez que te veo o que me miras siento como que soy la persona más feliz del mundo y me entran unas ganas enormes de besarte y de cogerte en brazos. Pero me gusta esa sensación de tenerte cerca y de poder hablar contigo y poder contener las ganas de hacerlo. La sensación de poder oler ese aroma dulce a vainilla tan tuyo y ver esos gestos tan característicos de ti. Todo eso hace que me sienta débil y vulnerable pero a la vez fuerte y seguro y sobre todo muy muy feliz a tu lado.
Abrumada por esas palabras y sonriendo como una tonta, me lancé a su cuello y le besé en los labios. Hundí mis dedos en sus rizos y cerré los ojos con fuerza mientras él me agarraba de las caderas y seguía el beso.
-Eso es lo más bonito que me han dicho nunca -dije casi en un susurro y mirándole a los ojos, aún con los brazos por su cuello.
-Y espero poder decirte cosas mucho más bonitas y muchas más veces, Jane.
Sonreí y volví a juntar nuestros labios.
-Entonces, ¿se puede decir que, estamos juntos? -dije separándome y apoyándome en la pared.
-Harry -Yina carraspeó -, ¿podemos hablar?

20~

Capítulo 20:
{Narra Jane}
-¡Mamá!
-Feliz cumpleaños cariño, ¿qué tal el día?
-Genial, me han preparado un desayuno delicioso, pero no me dejan recogerlo -miré fijamente a Ellen
Ella me sacó la lengua, mientras Yina jugaba con mi pelo.
-Es normal, es tu cumpleaños y quieren que lo disfrutes.
-Ya lo sé, mamá, pero me siento mal.
-Deja ya de ser tan maníaca y disfruta.
Suspiré.
-Lo intentaré.
-Así me gusta.
-¿Y qué tal tú?
-Bueno, os echo terriblemente de menos a ti y a tu padre. Sobre todo a ti.
-¿Emma no está en casa?
-Ya sabes como es tu hermana, tan reservada y tan.. -suspiró-, en fin, casi no sale de su habitación y si lo hace es para comer, volver a entrar o irse a la calle, además, no me da besos como tu.
-Así es Emma.
-Como desearía tenerte aquí conmigo.
-Awww, tranquila mamá, en una semana estoy ahí.
-Tengo una sorpresa para tu cumpleaños.
-¿En serio?
-Sí sí, esta aquí, a mi lado. Es grande -pude escuchar como sonreía pícara al otro lado del teléfono.
-¿Qué es?
-Si te lo digo ya no será una sorpresa.
-Hmmm.
-Bueno cariño, te cuelgo, que tu hermana quiere que le prepare el desayuno.
-¿Ahora se despierta? ¡Si son las 11!
-Ya ves. Luego no comerá.
-Normal.
-Un beso, ¡y a disfrutar!
-Adiós.
Colgó.
-Hay que ver cómo es tu hermana... -murmuró Ellen.
-Simplemente le gusta joder un poco a la gente que le rodea, aunque sea su propia madre o hermana. ESa chica no va a acabar bien.
-¿Emma es la chica con el vestido blanco que casi le come a Harry con la mirada en el parque cuando estuvimos en Londres?
Ellen y yo asentimos.
-Esa misma.
-Vaya, ¿no tenía novio?
-Claro, si cuentas los "novios" que tiene como Dave, tendría unos 20-30
-¡Ala! ¿30?
-Ya ves, mi hermana es un putón.
-Y los chicos tontos.
-También.
Yina se levantó del sofá.
-Voy al baño, ahora vuelvo.
-Vale.
Ellen miró a Yina subiendo las escaleras, cuando desapareció, se levantó y se sentó a mi lado.
-Cuéntame.
-¿El qué?
-¿Cómo que "el qué"? Todos vimos como los dos desaparecisteis bajo la lluvia.
-Ah, eso.
-Cuenta, ¿como fue?
-¿Como fue el qué?
-¡Chica!
-Ains, no especificas nada -intenté escacearme.
-Te besó, ¿a que sí?
No dije nada, ella me miraba sonriendo, hasta que al final, yo también solté una pequeña sonrisita. Ellen pegó un chillo.
-¡Shht!
-¡Que mono! Un beso bajo la lluvia, tan jodidamente romántico -puso ojos de soñadora.
-Shh, Yina puede volver.
-Mierda, la otra, ¿piensas decírselo?
-No sé. No quiero hacerle daño.
-Lo sé. Pero es que es tan mono.
-¿Y ahora qué, Ellen?
-¿Cómo y ahora qué?
-Estamos saliendo, no etsamos saliendo. ¡Arg! Que lio...
-¿Y a mí que me cuentas? Pregúntaselo.
-Qué vergüenza...
-¡Pero es que sois tan monos! Que buena pareja haceis.
-No somos pareja.
-¿Y tú que sabes? A lo mejor él quiere, ¿tu quieres?
-Pues no sé...
-¡Ai que monos los dos!
Suspiré.
-¿Qué pasa? Deberías alegrarte!
-No me pasa nada, simplemente no sé que hacer.
-Que cabezota eres, ¿quieres algo con él o no?
-Hmm, sí, supongo..
-¡Pues ya esta! ¡Ve a hablar con él! Yo no me lo pensaba más.
-Que vergüenza...
-Ains, qué paciencia hay que tener, ¡Dios!
-¿De qué hablais? -dijo Yina, entrando y sentándose en el sofá.
-¡De nada! -miré a mi alrededor-. Hmmm... ¡de cerezas! -cogí una del cuenco de encima de la mesa y me la metí en la boca.
Ellen se llevó una mano a la frente.
-Claaro, de cerezas...
-Olvídalo.
-Vamos a darnos un baño -Ellen se levantó.
-¿Eso es una pregunta?
-No, vamos.
Suspiré y cogí su mano.
-Espera, hmmm, voy a por un trozo de fruta.
-¿Ahora? Si vamos a comer en seguida.
-Ya lo sé, pero necesito comer algo.
-Está bien, pero no tardes -dijo Ellen, después de suspirar.
Solté su mano y esperé a que salieran a la calle. Después, con pasos sigilosos me dirigí a la cocina. Como esperaba, ahí estaba Harry, pero no estaba sólo, Jess y Lena le acompañaban.
Respiré hondo y entré en la cocina.
-Decirme, ¿en qué puedo ayudar? -puse los brazos en jarras.
Los tres levantaron las miradas y me miraron.
-¡Jane! ¿Qué haces aquí?
-Hoy me toca hacer la comida, y eso es lo que voy a hacer.
-No no, ni hablar.
Jess se puso a mi lado y me cogió del brazo.
-Que sí, va, decirme que hago yo.
-Nada, venga, en serio, ya lo hacemos nosotros, tu sal.
-Que no. Quiero ayudar.
Miré alrededor, sin escuchar sus negaciones e ignorando los constantes tirones de Jess a mi muñeca. Sobre la mesa había una gran fuente vacía con lechuca a su lado. Solté mi mano de Jess y avancé hasta la mesa.
-Me da igual que me digáis, voy a hacer la ensalada -cogí la lechuga y comencé a quitarle las hojas.
Los tres suspiraron.
-Eres una cabezota, venga, suelta eso.
-No, os voy a ayudar.
Me acerqué al armario y encendí la radio.
-¿Veis? Ya vereis que con un poco de música nos divertiremos.
Volví a mi sitio y comencé a colocar las hojas en la fuente de plata.
Harry suspiró.
-Está bien, tu ganas, pero luego friego yo -dijo acercándose a mí.
-Eso ya lo veremos.
-Los mimos para luego -Lena se puso a mi lado, cogió un tomate y empezó a cortarlo en trocitos.
Le arqueé la ceja. Ella sonrió divertida y me sacó la lengua. Jess carraspeó.
-¿Y a Ellen le parece bien que estés aquí?
-No lo sabe.
-¿No lo sabe?
-Nop, iban a bañarse y yo he ido a coger un trozo de fruta. O eso cree ella.
Di un respingo al escuchar la canción. "I'm a Believer" de Smash Mouth. Mis nervios empezaron a subir y mis mejillas comenzaron a sonrosarse. Esa canción me traía muchos recuerdos, y, de alguna manera, significaba mucho para mí.
Hay momentos en la vida que no se olvidan, como cuando di mi primer beso de vacaciones en Málaga, España, cuando me mudé a Inglaterra y conocí a Ellen y me enamoré de Dan, cuando vi su iPhone en el sillón del autobús y nos conocimos al día siguiente, como cuando Harry cabtó esa misma canción sobre el escenario en ese gimnasio del intituto, cuando me desperté en su cama medio desnuda, fruto de un error, cuando lo vi cantar en el plató del Factor X, o como cuando me besó bajo la lluvia la noche anterior.
Sonreí, cerrando los ojos con fuerza y mordiéndome el labio, al recordar todas esas cosas.
-¡Ei Jane!
-¿Qué?-carraspeé-, perdón, no estaba escuchando.
-Ya, ya me había dado cuenta.
-¿Qué decías?
Jess suspiró.
-Decía, que ya sabes cómo es Ellen, casi más cabezota que tú.
-¿Más? -Lena miró a Jess.
-¿Y qué quieres decir con eso?
-Que no se cansará hasta sacarte de aquí y, creeme, no tardará en llegar.
Tenía razón, pero me limitaba a ignorarlo.
La canción me había dado recuerdos, ánimos y, además, me ayudó a darme cuenta de una cosa que podría haber marcado mi vida.
Aparté la mirada y lo miré sonriendo. El, como siempre, me devolvió la sonrisa, su preciosa, blanca y perfecta sonrisa.
Ahora si estaba totalmente segura, pero aún había una cosa que aún no había podido resolver.
¿Realmente me había enamorado?

19~


Capítulo 19:
{Narra Jane}
El sonido de los pájaros fue el primer sonido que escuché aquella mañana. Un rayo de sol entraba por la ventana, dándome directamente en los ojos. Me pasé la mano por el pelo y me incorporé, sentándome. Jess y Lena no estaban en su cama, como de costumbre.
Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, la abrí y me asomé, inspirando el aire fresco. No había ni rastro de la tormenta de anoche, no había ni una sola nube en todo el cielo azul, perfectamente azul, con un sol radiante en el. Como todas las mañanas, cogí mi ropa -una camiseta azul marino con la S de Superman de tirantes y una pantaloneta blanca- y me dirigí al baño, dispuesta a ducharme. Con sigilo, cerré la puerta detrás mía y entré en la ducha.
No podía borrarme aquel beso de la cabeza. Sí, había deseado ese beso desde hace bastante tiempo, pero simplemente no quería reconocerlo a mí misma y, sobre todo, no quería hacer daño a Yina. Pero no podía evitar morderme el labio inferior y cerrar los ojos con fuerza cada vez que pensaba en él.
Tampoco podía evitar sentirme confusa, ¿ahora qué? ¿Estábamos juntos? No estaba acostumbrada a esto, ¿qué le diría cuando le viera? ¿Hacía como si nada hubiera pasado? Buff...
¿Qué me estaba pasando?
Apagué el grifo y salí de la ducha, se sequé, me vestí y me peiné. Con el último suspiro, salí del baño.
Después de llevar el pijama a la habitación, bajé las escaleras despacio, sin intentar hacer demasido ruido, sin intentar llamar la atención. Con algo de miedo de encontrarme con él o con Yina, que sería algo peor, ya que nunca se me dio bien mentir, ni siquiera disimular en condiciones.
Pero cuando entré en la cocina, no había nadie, al igual que en el salón y en el comedor. En la piscina tampoco había nadie.
Que raro.
-¿Hola? -dije, después de suspirar y salir a la terraza-. ¿Jess?¿Zayn?¿Ellen?
Volví entrar en casa y me dirigí a la cocina. Estaba totalmente limpia, algo extraño, ya que hoy limpiaban Lena y Liam.
-¿Lena?¿Liam?¿Niall?
Nada, ningún ruido.
Conforme mis nervios comenzaban a subir, entré en el comedor, que también estaba impecable, al igual que la mesa de madera, ni rastro del desayuno.
-¿Yina?¿Louis? -suspiré-. ¿Harry?
Otra vez, no obtuve respuesta.
A parte de estar nerviosa, empecé a sentir algo de miedo.
-Venga, salir ya. No tiene gracia.
Salí por la puerta trasera, que daba al precioso jardín con árboles y diferentes tipos de flores y sus diferentes aromas. Las sillas en las que nos sentamos anoche estaban completamente mojadas a causa de la lluvia y en la hogera sólo quedaban las cenizas.
Después de pensarlo bastante, me dirigí al lado de la piscina, dándo la vuelta entera a la pequeña caseta de madera. Con alguna dificultar, abrí al puerta y entré en ella.
Suspiré. Nada.
Salí, cerré la puerta y me volví hacia la terraza.
-En serio chicos, si es una broma no..
Pero no pude terminar la frase, ya que una mesa  blanca estaba en medio del precioso jardín, bajo un gran cerezo con millones de cerezas rojas en él. Me llevé las manos a la boca. Al acercarme más, pude comprobar que la mesa estaba cubierta por un mantel blanco y que una preciosa vajilla adornaba la mesa, con un gran desayuno en medio.
-¡Chicos! ¡Ya podeis salir! Ya lo he visto -dije, sin quitar un ojo de la mesa.
-¿Te gusta?
Me giré rápido, con un brinco y enseguida sus ojos verdes se clavaron en los míos. No pude evitar ponerme colorada.
-Harry.. qué susto..
Ambos sonreímos.
-¡Felicidades! -Jess y Lena venían detrás de él, que me abrazaron fuerte al llegar.
Jess tiró fuerte de mi oreja.
-¡16! Y una de repuesto.
-¡Auch! -dije, frotándome la oreja.
-¡Jaaaaaaaaanyyy! -Ellen vino corriendo, con Yina detrás andando indiferentemente.
Se lanzó a mis brazos y me besó la mejilla.
-¡Feliz cumpleaños cariño!
-Gracias, ¿dónde os habiais metido? Os he buscado por toda la casa.
-Queríamos darte una sorpresa.
-¿Y los demás?
Yina se acercó y me dio dos besos, sonriéndome.
-Felicidades Jane.
-Gracias -le devolví la sonrisa.
-¡BU!
Con otro brinco, me di la vuelta y ahí estaban Niall, Zayn, Liam y Louis, que se lanzaron sobre mí, dándome besos en las mejillas y tirándome de las orejas, todo al mismo tiempo.
-¡Felicidades! -gritaban de mientras.
-Ya, ¡ya! Dios mío.
-Jane, no sabes cuánto me alegro de que te hayas despertado ya. Me estaba muriendo de hambre -Niall me sonrió.
Reí.
Al sentarnos en la mesa, Niall atacó la comida.
-Bueno Jane, ¿qué sientes al tener 16? -Ellen me sonreía.
-Pues dímelo tú, que ya los cumpliste.
-Ya, pero qué sientes tú.
-Hmmm.. no sé. Me siento muy feliz.
Harry sonrió, y yo, no pude evitar ponerme colorada de nuevo.
Carraspeé.
-Vale, ¿de quién ha sido la idea de todo esto?
-De todos un poco, pero sobre todo Harry y yo -dijo Jess, sonriendo.
-Awww -mordí la manzana.
Di un respingo en la silla al sentir mi móvil vibrar. Lo saqué del bolsillo y miré la pantalla.
-Ay Dios -murmuré.
-¿Quién es? -me preguntó Ellen.
-Es Ethan.
-¿Ethan?
Me encogí de hombros y le di al botón verde, después de disculparme.
-¡Felicidades!
-Gracias.
-¿Qué tal el día?
-Por ahora, genial.
-Me alegro muchisimo y a disfrutar a tope, que ya caen 16. La edad del amor.
-¿La edad del amor?
-Sí, ¿nunca te lo han dicho?
-Pues no.
-¿Y si te invito esta tarde a un helado para celebrar tu cumpleaños?
-Oh, lo siento E, pero no estoy en Londres.
-Ah, ¿no? ¿Estas con alguien? ¡¿No habrás vuelto con Dan?!
-¡No! -reí-, claro que no he vuelto con Dan, estoy pasando unas semanas con unos amigos.
-Ah, vale. Me habías asustado.
-Ya..
-Entonces, ¿estas comletamente disponible?
-¿Disponible en qué sentido?
-Ya sabes, sin.... sin novio.
-Sin novio.... -murmuré.
Esa pregunta me vino completamente desprevenida. Me toqué el pelo, nerviosa, mirando a Ellen, pidiendo ayuda. Ella me miraba raro. Aparté la mirada y me concentré en la conversación.
-Pues te voy a decir la verdad. No lo sé.
-¿No lo sabes?
-Nop, no lo sé. Tengo que... Es igual.
-Bueno, cuando lo sepas seguro me llamas, ¿vale?
-Lo haré.
-¿Dejamos el helado para otro día, entonces?
-Claro, un beso.
-Adiós, ¡y a disfrutar!
Colgué.
-Menudas conversaciones te monta ese tío. Dime, ¿qué te ha dicho?
-Nada interesante, me ha invitado a un helado y esas cosas -mentí rápido, y agarré la manzana, mirando a otro lado.
-Cómo se nota que quiere algo contigo -dijo Ellen.
-Pero, ¿qué dices? Sólo somos amigos.
-Ya ya. Ya me conozco esa frase -Jess me miraba, arqueando las cejas.
-Además, yo no estoy interesada en él y estoy segura de que él de mi tampoco. ¿podemos cambiar de tema?
-Jane, te llama a las diez de la mañana, un sábado, para felicitarte. Y, conociendole, a esas horas normalmente le estaría preguntando el nombre a la chica que ha dormido en su cama y/o intentando ocultar las oscuras ojeras de debajo de sus ojos provocados por la tremenda resaca por las copas de más de anoce. Ese, quiere tema -Ellen bebió del vaso.
-Te estas equivocando, ¿cambiamos ya de tema?
-Bueno, vale. Cambiemos de tema.
-¡Gracias!
-Muy bien, ¿qué tienes planeado, Romeo? -Lena miró a Harry burlona.
El abrió mucho los ojos mientras Jess carraspeaba.
-Habíamos pensado que podríamos quedarnos en casa todo el día y después hacer una pequeña fiestita.
-¿Una fiesta?
-Sí con música y comida.
-Espera espera, ¿una fiesta? ¿Cómo? Quiero decir, ¿no es un poco, raro? Sólo cumplo 16.
-Por eso -Lena me sonrió.
-A mí me parece bien y eso, pero no quiero meterme en problemas con los vecinos, ni mucho menos con tu madre -miré a Harry.
-Ah, no te preocupes, ya he hablado con ella.
Suspiré.
-Vale, está bien, pero sólo si me dejáis ayudaros.
-¡Ni hablar! Es tu cumpleaños y tienes que disfrutarlo -dijeron Harry y Jess, levantándose de la mesa y haciendo que me levante-, así que tú estaras en casa tranquilita mientras nosotros nos encargamos de todo.
-¿En serio? No, quiero ayudar en algo, dejarme que os ayude en recoger el desayuno.
-No, deja eso -dijo Harry, cogiendo el plato de mis manos y dejarlo encima de la mesa.
-Vamos, vete adentro, llama a tu madre a tu padre o haz lo que quieras, pero no salgas.
-Eso es, y Yina y Ellen te van a acompañar, ¿verdad que sí?
Yina y Ellen se miraron, se levantaron de la mesa a la vez y se acercaron a nosotros, las dos agarraron mis brazos.
-¿Y la comida? Hoy nos tocaba cocinar a los dos -dije, mirando a Harry.
-De eso ya me encargo yo, tu a disfrutar de tu dia.
-Dejame ayudarte.
-No, venga.
Las dos me arrastraron a casa, entramos en el salón y me sentaron en el sofá.
-Muy bien, ¿qué quieres hacer por tu cumpleaños, Jane?

18~


Capítulo 18:
{Narra Jane}
-Podemos jugar a las preguntas -propuso Lena.
-¿Las preguntas? ¿Cómo es eso? -pregutó Liam
-Por ejemplo, yo hago una pregunta, de cualquier tipo y tenemos que responderla todos, ¿entendeis?
-A mí me gusta -dijo Yina
-Pude ser divertido -añadió Louis, a su lado.
-Pues jugamos. ¿Quién empieza?
-Yo misma -Yina levantó el brazo.
Después de tomarnos las dos pizzas, nos sentamos en la terraza, en donde había varias sillas y sofás, con una pequeña hogera en medio. No hacía frío para tener el fuego encendido, pero daba una agradable luz.
A parte del fuego, todo estaba oscuro y desde allí se podían ver millones de estrellas, unas más grandes que otras, unas más brillantes, era una visión preciosa. La Luna también daba mucha luz, aún sin estar llena por completo. En Londres, por culpa de tantas farolas, no se podían ver tantas estrellas juntas y brillantes, nunca había visto nada igual.
-Adelante, respondemos en ronda.
-Hmmm, ¿Alguna vez habéis engañado a alguien con otro/a?
-Vaya pregunta -murmuró Jess.
-Eeem.. ¿vale morder un pezón de otra persona? -respondió Louis, mirándo a Yina.
-Eeeh.. sí, supongo -frunció el ceño.
-Entonces no.
Reí.
-¿Ellen?
-Yo tengo que admitir que sí. Pero fue sin querer.
-¿Sin querer? ¿Cómo se hace eso? -contestó Niall, estrañado.
-Sí, se me olvidó que tenía novio y le besé.
-Joder, qué tía.
-Niall, te toca.
-Yo no, ni lo haré.
-Yo tampoco -dije.
-Nunca -Harry negó con la cabeza.
-Pues yo digo que no -dijo Lena, después de estornudar.
-Jesús -le dijo Liam-, yo también respondo que no.
-Vaya..soy una puta -dijo Ellen, bajo.
-Qué exagerada, yo voy a decir que sí. Pero estaba borracha.
-¿Os imaginais a Jess borracha? Que mona -dije para picarle.
Ella me sacó la lengua. Yo la imité.
-Yo también digo que no -Zayn rió con nuestra situación.
-Yo también -Yina cerró la ronda.
-¡Me toca! -dijo Louis-. Hmmm.. ¿cuáles son vuestras fobias?
-Uuuh, me gusta esta pregunta. A mi no me gustan nada nada las cosas viejas -Ellen se estremeció-, me dan mucho yuyu.
-Yo le tengo miedo a los sitios cerrados.
-¿Claustrofóbico? -Jess le sonrió.
-Sí -Niall le sonrió de vuelta-, y tampoco me gustan los payasos.
-Aww, yo a las muñecas ya las montañas rusas.
-Montañas rusas -Harry me sonrió.
-Yo le tengo miedo aa.... las lucecitas estas que ponen a los bebés para dormir.
-Que fobia más rara... -anadió Liam
Lena se encogió de hombros.
-Nunca me han gustado.
-¿A ti Liam? -pregunté.
-A las cucharas.
-¿A las cucharas?
Asintió.
-Y luego soy yo la que tiene fobias raras.... -murmuró Lena.
-¿Y cómo es que les tienes miedo a las cucharas?
-Cuando era pequeño me atraganté con una. Me tubieron que llevar a urgencias y todo.
-Vaya, ¿y cómo comes la sopa? -preguntó Yina.
-No como, o en muy malos casos con el tenedor.
-¡¿No comes sopa?! -se escandalizó Niall- ¿Y gelatina?
-Tampoco.
-Dios mío, ¿cómo vives?
Liam rió, encogiéndose de hombros.
-Yo le tengo miedo a los espantapájaros -intervino Jess.
-Yo al agua. No sé nadar.
-¿En serio? -pregunté-. Jo, pues habernos dicho y nos hubieramos quedado con tigo en casa -me sentí culpable.
-No, tranquila, si Jess ya me ha enseñado bastante, pero sigue sin gustarme.
-Cariño, si a eso lo llamas bastante, creo que las demás clases se te van a hacer eternas.
-A mí me dan miedo las mariquitas cuando vuelan -interrumpió Yina.
-Que fobias más raras teneis todos.
-¿Tu Louis?
-A las palomas.
-¡Bien, me toca! -Ellen se frotó las manos.
-Ai Dios -murmuramos Harry y yo.
-Vale hmmmmmm, ¿sois vírgenes?
Me llevé la mano a la frente.
-Yo no -Niall pareció incómodo con la pregunta.
-Yo sí -dije rápido
-Nop
Lena negó con la cabeza. Liam la imitó.
-No -Jess carraspeó.
Comencé a sentirme incómoda.
Zayn negó con el dedo. Yina negó con la cabeza
-Yo no.
-Y yo claro que no -Ellen finalizó la ronda.
Parpadeé rápido.
-¿De verdad? ¿De verdad soy la única virgen?
-Bueno, virgen virgen... -murmuró Ellen
-¡Shht!
Harry rió.
-¿En serio Jess? ¿Tu tambien?
Jess asintió, encogiendose de hombros.
Todos me miraban.
-¿Por qué me mirais todos? ¿Tan raro es que sea virgen?
-Es que como tenías novio pues... -me dijo Harry.
-Además, con uno como Dan -anadió Jess.
-Y tan guapa como tú.. -terminó Lena.
-Eso no tiene nada que ver.
-Sí que tiene, si eres guapa tienes más..
-¡Vale! ¡Ya esta! ¡Fin de la conversación! Hay que ver cómo sois eh, qué vergüenza..
Liam y Lena rieron.
-¡Me toca! Hmm
Pero justo cuando Niall iba a formular su pregunta, una gota me cayó a la frente.
-¿Está empezando a llover? -preguntó Ellen, que miraba al cielo.
-¡No jodas! -protestó Lena.
-Sí, vayamos dentro.
Me levanté con rapidez en introducí el edredon beige que Harry, Niall y yo compartíamos dentro de casa, mientras que los demás tambien cogían mantas y cogines.
-¡Oh mierda! Jane, ven conmigo, antes de que empiece a llover enserio.
-Vale -respondí.
Con el ceño fruncido, Harry agarró mi mano y tiró de ella, conduciéndome hasta fuera de la casa, rodeamos la piscina, en la que caían pequeñas y escasas gotitas de lluvia. Me llevó hasta una casita de madera en frente de la piscina.
Harry abrió la puerta de la caseta y le seguí hasta el interior.
-¿En qué puedo ayudarte?
-¿Puedes cerrar esas dos ventanas? Entra mucha agua si no.
-Claro.
Me acerqué a una pequeña ventana y la cerré, apretando fuerte el pestillo y, a continuación, la ventanilla de al lado. Aunque no lo parezca, esas ventanas eran muy pesadas y dificiles de cerrar.
Puse los brazos en jarras y sonreí, satisfecha de mi trabajo.
-Ya está, ¿algo más?
Me di la vuelta y seguí a Harry fuera, mientras negaba y sonreía. Al salir, la lluvia caía más fuerte.
-Vaya, jsuto a tiempo -suspiró.
-Esperaremos un poco.
Avancé hasta quedar bajo el pequeño tejado de la caseta, me senté en el suelo y Harry se sentó a mi lado.
-Pues hace bastante calor para que llueve.
-Sí, bueno. Es una pequeña tormenta de verano, se pasará en seguida.
Harry se levantó y se sacudió el pelo.
-¿A dónde vas?
Me ofreció la mano.
-Ven, corramos.
-¿Hasta allá?
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo a caerte en la piscina? -me miró pícaro.
Le hice una mueca de burla.
-El que tendría que tener miedo eres tú, que me voy a vengar.
-Ya ya.
-¿No te lo crees? -arqueé las decas, desafiante-. Ya veremos. Cuando menos te lo esperes, ¡pum!
-¿Pum? ¿Pum qué?
-Aaaah, ya lo verás.
Harry me sonreía, de nuevo con esos penetrantes ojos verdes, clavados en los mios. Apartó la mirada y, sin siquiera pensarselo, dio unos pasos hacia delante, entrando en la espesa cortina de lluvia, mojándose conforme iba avanzando.
-Pero, ¿qué haces? Vas a ponerte enfermo -me levanté de un brinco.
Sonrió, satisfecho.
Con un movimiento rápido, agarró mi mano, tiró de mi y consiguió sacarme fuera.
-¡Harry! -intenté soltarme, pero me agarraba con fuerza la mano.
-Vamos, ven, ya estamos mojados.
Miré al cielo y dejé que las gotas calleran sobre mí.
-¿Ves como no es tan malo?
Bajé la mirada y le miré a losn ojos, su pleo estaba totalmente mojado, las gotas caían por su cara despacio. Su mano cálida y mojada agarraba la mia y la otra sostenía tímidamente mi cadera. Sus ojos también me miraban, con las pestañas también mojadas. Sonreían, al igual que los míos, pero nuestros rostros permanecían firmes. Entrelacé sus dedos con los míos. Con movimientos suaves, soltó su mano de mi cadera y apartó el continuo mechón molesto de delante de mis ojos, sin importarle que estubieron mojado. Nuestras frentes se rozaban débilmente y nuestros ojos se seguían mirando, los míos tímidos, los suyos seguros.
Un pitido procedente del reloj de pulsera de Harry, avisó la hora.
Las 0:00
-Feliz cumpleaños, Jane.
Me besó.
Me besó como nungún  otro chico lo había hecho antes. Sus suaves labios eran carnosos y cálidos, a pesar de estar mojados por la lluvia. Mis brazos enrollaron su cuello, los suyos mi cintura con mucha lentitud.
La lluvia dejó de caer.