31~


Capítulo 31:
{Narra Jane}
Volví a entrar en la habitación y me dejé caer en la cama otra vez. Había decidido tomarme una ducha para despejar un poco mi mente alborotada, y algo había ayudado, pero, en realidad, mis pensamientos seguían igual de enredados como cuando había entrado.
Suspiraba un par de veces mientras miraba el techo blanco. Eran las 11 y media de la noche y no tenía sueño, algo que consideraba bastante raro ya que yo a esas horas estaba más que dormida. Tenía los ojos completamente secos y dolorosos de tanto llorar. Intenté varías veces poner la mente en blanco como hacía mi madre cuando se estresaba, pero cuando más pensaba en no pensar en nada, más pensaba en él. 
Cerré los ojos y los apreté con fuerza, intentando seguir los pasos que mi madre tantas veces me había indicado. Sólo concentrarse en la respiración. Inspirar. Expirar. Inspirar. Expirar.
 “I got my firts real six-sring, bought it at the five and dime, played til my fingers bled, was the summer og '69” sonaba la melodía de “Summer of '69” desde mi móvil.
Sobresaltada di un brinco de alegría y me lancé a por él, que vibraba encima de la mesilla de noche. Rápidamente deslicé el dedo por la pantalla y descolgué:
-¡Harry! -dije mientras otra lagrima resbalaba sobre mi mejilla.
-¡Hola! ¿Estás.. estás llorando?
Mierda, se había dado cuenta.
Era increíble lo que me conocía para darse cuenta de todo lo que me ocurría, si estaba feliz y si estaba triste, como si estaba nerviosa por algo, por más absurdo que sea, o si estaba estresada. Siempre se daba cuenta de lo que me ocurría. Eso era algo que me había encantado de él.
Agarré con rapidez un pañuelo y me lo pasé por la cara. Carraspeé.
-Bueno.. solo un poco, pero ya estoy bien -sonreí, por mucho que sabía que no podía verme.
-Jo. No quiero que estés mal. ¿No será por mí? -preguntó con miedo.
-Puees.. -vacilé-. Da igual. Me has alegrado la noche, de veras. Pensaba en llamarte, pero como ahí es más tarde me daba miedo despertarte.
-Me ha pasado lo mismo, pero necesitaba escucharte.
Otra sonrisa me inundó la cara y otra vez las abejas asesinas salieron de sus casillas para acabar con mi estómago y conmigo misma, pero por alguna u otra razón, no me disgustaba la sensación.
-Claro. Dime.
-Verás, hemos estado ensayando todo el día casi sin pausa y por eso no he podido llamarte antes. Y hasta el viernes no voy a poder hablar contigo.
Me levanté sobresaltada.
-¿Y eso?
-Mañana al mediodía tenemos tenemos la prueba y a la tarde nos dicen si pasamos o nos vamos a casa y nos tienen prohibido hacer llamadas, ya sabes, por si se difunde o algo.
-Ah. Bueno. No pasa nada. Intentaré mantenerme distraída con algo.. Bff.. Seguro que lo hacéis genial. ¿Qué dicen los chicos?
-Están alborotadísimos. Louis no puede pararse quieto y Liam no hace más que planearlo todo para que esté todo perfecto. No le culpo, pero es que a veces es muy estresante.
Solté una pequeña risa.
-¿Y vosotras qué?
-Pues mal. Hace un frío que pela y están todas deprimidas. Sobre todo Lena, Jess y yo. 
-¿Qué ha pasado? Me vas a preocupar eh.
-A Lena le han metido un tío en su casa al que no soporta y yo tengo que trabajar con un capullo al que tampoco soporto y además no te veo. Y a Jess no sé que le pasa, pero últimamente está asuente -y, sin avisar, otra lágrima cayó en silencio.
-Eh, eh. Tranquila. No me gusta que estés así. Hmm...
-Ahora que me doy cuenta, ¿no es muy caro eso de llamar desde España?
-Oh, tranquila, es el teléfono de la casa que básicamente sirve para esto.
-Ah, vale. ¡Jo! ¡Te echo de menos!
-¡Yo más!
-Créeme, eso es imposible. 
-Créeme tú a mí. No lo es.
-Sí lo es.
-No lo es.
-¡Que sí!
-Jane, no lo es y lo sabes.
-Harry, espero que cuando te vea pueda besarte y no tenga que pegarte. Creo que no he echado a alguien tanto de menos. Y si me dices lo mismo no te creeré.
-¿Y por qué no? -dijo entre risas.
-Porque tú eres el segundo novio en serio que tengo. Y tu fijo que has tenido más de dos.
-Bueno, pero eso no quiere decir que no pueda echarte de menos. Así que, yo gano.
-Oh, no, Styles, esto no ha terminado.
-Acéptalo, Carter, no sabes perder. Lo demostraste jugando al monopoly en mi casa.
-¿Carter? -solté una carcajada-. Así me llama mi profesor de Historia, pero a ti te pega más. Te doy permiso.
-¿Permiso? ¿Qué soy? ¿Un esclavo tuyo? -dijo, y enseguida noté cómo sonreía al otra lado de la línea.
-Algo parecido. Sólo que privado.
Ahora sí, soltó una carcajada.
-Te echo de menos -acabó diciendo.
-Yo más. 
-No.
-Sí
-No
-Que sí.
-¡Que no! No insistas más.
-Mala suerte, por que suelo ser muy cabezona.
-Yo también, así que..
-Nos pegaremos -reí.
-Yo prefiero besos -espetó más relajado.
-Pues lo que sea, pero vas a ver que soy fuerte. Más de lo que tu piensas -sonreí satisfecha.
-Vale, vale. Pero que sepas que te dejo ganar, pero solo por hoy.
-Oh, ¿vas a volver a por venganza? -dije con voz sensual.
-Pues claro -me respondió imitándome.
No pude evitar reproducir una risita bastante tonta.
-Aquí te estaré esperando. -ahora fue él el que se rió.
-Cielo, siento decirte esto, pero ahora si que tengo que colgarte, se supone que deberíamos de estar dormidos desde hace horas -dijo algo más inanimado.
-Ooh.. bueno, pues hablamos el viernes entonces. No quiero meterte en problemas con Simon.
-Hasta el viernes.
-Harry, gracias por haber llamado, lo necesitaba. 
“Te quiero” pensé enseguida.
-Yo también necesitaba escucharte. Que descanses.
-Adiós y suerte.
Colgó.
Demasiado tarde. 
¿Por qué nunca me atrevía a decírselo? Pero, ¿realmente le quería? Quizás era por eso por lo que no lograba decírselo, quizás no lo sentía de verdad. Pero lo que realmente temía era su respuesta, ¿y si él no sentía lo mismo? ¿Y si se asustaba como muchos chicos hacían?
“No”, me recordé a mi misma “Harry no es como el resto”.
Suspiré mientras estaba de nuevo tumbada y observando el techo, solo que ahora con una gran sonrisa en la cara. No sólo de alegría, si no también de alivio, alivio de haber podido escucharle una vez más y de al fin saber que por cada vez que le escuchaba reír, me enamoraba un poco más.
Entonces me entró un hambre atronador.
Al llegar a casa había subido a mi habitación y ahí me había quedado hasta entonces. Me levanté con poco esfuerzo y bajé las escaleras descalza para no hacer demasiado ruido. Entré en la cocina. Abrí el frigorífico y lo cerré de golpe acto seguido. Frigorífico. Otra cosa que me traía demasiados recuerdos. Me acerqué a la encimera y agarré una manzana.
Cuando salí de la cocina y me dispuse a volver a mi habitación en silencio, vi que las luces del porche estaban encendidas. Encaminada a apagarlas, abrí la puerta y me sobresalté cuando vi a mi hermano sentado en el banco con las manos en los bolsillos y la mirada clavada en el vacío. Él me sonrió al verme.
-Hola, pajarito -dijo, dando palmaditas a su lado.
-¿Tato? ¿Qué haces aquí tan tarde? -pregunté, correspondiendo a su gesto y sentándome a su lado. 
-Necesitaba pensar. ¿Y tú?
-Necesitaba comer.
Ambos reímos suave.
-¿En qué piensas? 
Suspiró y fue directo al grano:
-Mañana tengo que volver a España.
-¿Y eso? -aterroricé-. Si no te ibas hasta el domingo. 
-Lo sé -susurró, aún con la mirada fija en la lluvia que caía con fuerza.
Apoyé la cabeza en su hombro.
-¿Volverás pronto? Quiero conocer a Ana -dije refiriéndome a su novia.
Automáticamente, vi cómo su mirada empezaba a brillar y cómo la sonrisa cobraba protagonismo en su cara.
-Claro que volveré. Solo que no volveremos los dos solos.
Fruncí el ceño, desconcetrada.
-¿Qué pasa? ¿Viene algún amigo tuyo o..?
Negó con la cabeza.
-¿Entonces? ¿Qué pasa? 
Giró la cabeza y me miró directamente a los ojos.
-Mañana Ana va a dar a luz.

                    ~

{Narra Ellen}
Miré impacientemente el reloj de encima de la mesa.
Resoplé.
¿Por qué demonios llegaba tan tarde? Ya había aceptado esperarle hasta tan tarde por que no podía venir antes, pero aún así, llegaba tarde.
Otra vez.
Inquieta y sin nada que hacer, me levanté del sofá y caminé hasta la cocina, pero el gesto fue en vano, ya que me di cuenta que no tenía hambre en absoluto, así que volví al salón y di vueltas por el paquet en calcetines y los brazos cruzados.
Me mordía el labio con tanta fuerza que la sangre ya empezaba a salir en forma de pequeñas gotitas que salpicaban mi lengua.
Nerviosa, no paraba de ojear el reloj, con esperanzas que el tiempo se parara, pero sobre todo, que apareciera ya. 
Más de una vez había pensado en coger el teléfono y llamarle, pero la factura ya iba a ser demasiado extensa, por lo que no podía permitirme un capricho como este, por muy necesario que fuera. 
Mi corazón dio un vuelco y comenzó a palpitar con demasiada fuerza cuando el timbre sonó. 
Con pasos ligeros me acerqué a la puerta y la abrí sin vacilación.
-¿Dónde estabas? Me has tenido preocupada.
Sonrió.
-Hola princesa -y me dio un pequeño beso en los labios-. ¿No me dejas entrar?
Yo no pude evitar sonreír también.
-Claro, pasa.
Se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero, dejando al descubierto una camiseta negra ajustada y con dibujos blancos.
Después, se acercó a mi con una sonrisa picarona y agarró mi cintura con fuerza, dándome un pegajoso y pasional beso en los labios.
-Dan -susurré, dejando que me besara el cuello, intentando llamar su atención. 
Casi como un acto reflejo, enrollé las piernas en su cintura y dejé que me llevara al salón, donde me tumbó en el sofá.
-Dan -dije ya más puesta, pero él no se detuvo, ya que me quitó la camisa y comenzaba a darme besos por todo el vientre-. ¡Dan!
-¿Qué?
-Recuerda que te he llamado para hablar -me mordí el labio.
-Después -me besó el labio inferior y el cuello.
-No. ¡No! ¡Daniel! -le di un empujón a su pecho desnudo para mantener distancia.
Resopló y se sentó con los brazos cruzados.
-A ver, dime.
-¿Qué pasa aquí? -me crucé de brazos.
-¿Aquí dónde? 
-Con nosotros.
Puso los ojos en blanco. 
-Puees...
-Dan, yo sé que estas enamorado de Jane. Pero quiero saber qué estamos haciendo. ¿Esto es amor o es sólo sexo?
-Es algo entre los dos. Somos amigos con derechos, ¿recuerdas?
Asentí, mirándole.
-Pues ya está, aclarado.
-No, no está aclarado y lo sabes, ¿qué pasa con Jane?
Se encogió de hombros, apartando la mirada.
-No lo sé, Ellen. Pero si ella es feliz con su novio, no voy a impedírselo.
Sonreí.
Sí, estaba total y completamente enamorada de él. Aunque fuera un capullo. Aunque haya engañado a mi mejor amiga con migo misma. Aunque fuera el tío más cabrón que había conocido. 
Pero eso era lo que realmente me enamoraba. 
También sonrió y, esta vez más suave, se acercó  y me besó con más pasión y suavidad. 
Mientras los minutos se perdían en el tiempo, las prendas de ropa se perdían entre las sábanas,  me llevó al dormitorio sin dejar de besarme.
Transcurrí la noche a su lado, sin dejar de abrazarle, dejándome que me hiciera suya la noche entera y sin casi pausas. Sabía que abusaba de mí, pero, ¿no era eso lo que estaba haciendo yo con él? Eramos dos adolescentes necesitados, quizás demasiado, pero esto era algo que ambos queríamos. 
De sobra sabía que no estaba siendo una buena amiga. Esta noche no había sido la primera a su lado y dudaba que fuera la última. Todo esto se lo estaba ocultando a mis amigas. Mis amigas que me lo contaban todo. 
También sabía que Dan no hacía esto por amor y que era yo era su segundo plato. Jane no le quería.
Pero yo sí.
Por eso me daba igual. 

1 comentario:

  1. ¡WOLAAAAP! Aquí vengo de nuevo a dar por culo:3 ASDFGHJKLBVIOETVNUPETB EL CAPÍTULO ASDFANOVAUGRWBVU Sin palabras, como siempre. Jane hablando con Harry, MUERO DE AMOR ASDFGHJKL Y con lo de su hermano más todavía ASDFGHJKL Ellen & Dan = SERSOOOOOOOO:3 Amigos con derecho a roce JAJAJAJAJAJAJAJ Es que cuando yo saco mi lado perver JAJAJAJAJAJ *1313* Tsss. Mira mi capítulo 6; te va gustar musho musho*-*. Como sabes, y si no lo sabes te lo digo, me enrollo como una persiana [sonido de persiana enrollándose] Venga termina yo de una puta vez; 1. TE QUIEROOOOOOO! 2. EL CAPÍTULO ES MUY ASDFGHJKL IGUAL QUE TÚ!:3 3. Necesito inmediatamente tu WA para poder fangirlear juntas ASDFGHJKL*-* 4. TE QUIERO MUSHO MUSHO.

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