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Capítulo 41:
{Narra Jane}
El corazón me latía con tanta fuerza que podía sentir los latidos en la boca, como si pudiera salir en cualquier momento, la sangre circulaba con demasiada fuerza por mis venas y tenía la boca seca.
Tenía que hablar con él y quería hacerlo bastante tiempo atrás. Pero nunca me había atrevido. Sabía que no podía evitarle siempre. Después de todo, Ethan era uno de mis mejores amigos y no quería perderlo de esta manera tan estúpida.
Respiré hondo antes de acercarme a él, con los puños cerrados del nerviosismo. El me miraba inexpresivo, con los labios fruncidos.
-Hola -musité, sin despegar la mirada de él.
-Jane -respondió, mirando directamente en mis ojos.
Yo aparté rápidamente la mirada.
-Mira... -surpiré y le agarré de la mano, llevándole a un banco cercano y obligándole a sentarse, mientras yo me sentaba a su lado-. Tenemos que hablar.
-Yo ya lo he dicho todo, Jane.
-Ethan, ¿sabes lo difícil que es esto para mí? Eres uno de mis mejores amigos y no quiero que eso cambie por esta tontería.
-¿Tontería? ¿Te tomas esto como una tontería?
-No de la manera de la que tú piensas. Estoy convencida que esto es sólo algo pasajero y que espero que pase pronto.
-No quiero que pase.
-Ethan, escúchame. Tienes que prometerme que vas a tratar de olvidar esto. Esto no es divertido ni para ti ni para mí.
Esta vez, fue él quien suspiró.
-¿Y si no quiero olvidarte? -susurró.
-Vas a tener que intentarlo, Ethan. Yo no quiero perderte por esto, ¿entiendes?
-Yo te quería antes que él.
-Eso no importa.
-¡Pero sí importa para mí, Jane!
-Ethan, yo le quiero a él y no vas a hacer nada para cambiarlo.
-¿Y si me dejaras intentarlo? -susurró de nuevo, acercándose a mí peligrosamente.
-Te recuerdo que está ahí detrás mirándonos.
Agachó la cabeza con los labios fruncidos, perdiendo todo contacto con mis ojos.
-Quiero arreglar esto, Ethan. Quiero volver a lo normal y poder volver a hablar contigo en clase como si todo esto no estuviera presente.
Alzó la mirada para mirarme de nuevo, pero esta vez pude ver un pequeño brillo destellar en sus ojos, acompañado por una pequeña sonrisa burlona.
-Pero para eso tienes que prometérmelo.
Tragó saliva y cerró los ojos.
-Está bien. Intentaré olvidarte.
Sonreí con alivio, sintiendo como un gran peso que bajaba de mis hombros con fuerza. Y era bastante placentero.
Me levanté y le abracé con fuerza.
-Gracias -susurré.

{Narra Lena}
Unos sordos golpes en la puerta hicieron que mis profundos pensamientos se rompieran en pedazos. Gruñí bajito, revolviéndome en mi rincón, volviendo a cerrar mis ojos secos de lágrimas.
La puerta se abrió despacio y en silencio y mi madre se asomó con una bandeja en las manos y una sonrisa triste en los labios.
-Lena, cielo -saludó conservando la sonrisa.
Aparté la mirada y volví a mirar a la nada.
Escuché sus pasos acercándose a mí y la vi sentada a mi lado, en el suelo. Me pasó una mano por el pelo, torciendo los labios.
-He traído té y magdalenas.
-No tengo hambre -gruñí.
-Tienes que comer, cielo.
-No tengo hambre.
Suspiró.
-Son magdalenas de chocolate, las he hecho para ti; son tus favoritas.
-Mamá, no tengo hambre -la miré.
-Cielo, ya ha pasado un mes desde lo que pasó y no has sonreído desde entonces, ni comes, ni sales con tus amigas... Me preocupas.
-¿Por qué no me lo dijiste, mamá? -pregunté seca, mirando de nuevo a través de la ventana.
-Ya me lo ha preguntado.
-¿Por qué no me lo dijiste, mamá? -repetí, ya que nunca había recibido respuesta alguna.
Apartó la mirada.
-No encontraba la manera de decírtelo.
-No lo entiendo. Primero, dejas que odie a mi propio hermano y no dices nada al respecto. Segundo, dos años después, lo metes en casa dos semanas enteras creyendo que no va a pasar nada entre nosotros, encima a ciegas de todo, mientras tú estás tan ricamente tumbada en la playa sin pensar en mí un sólo poco, y sin decirme que la persona con la que conviví era mi hermano. Y tercero, me lo has dicho cuando ya era demasiado tarde para arreglar las cosas por que ya me había enamorado de él. ¿Por qué, mamá? ¿Tan complicado era contarme la verdad? Si yo te miento a ti, me cae un castigo de años. Y no estoy hablando de usar tu pintalabios. Es mi puto hermano.
-Tienes toda la razón del mundo, cielo. Yo tampoco me perdono por ello.
Resoplé. Ella volvió a suspirar ante mi gesto.
-Vamos cielo, no te estanques. Tienes que mirar haca delante y olvidar el pasado. Eres joven y aún tienes tiempo para encontrar a alguien.
Rodeé los ojos.
-No es por eso por lo que estoy enfadada y lo sabes. Me da lo mismo morir sola.
-No digas eso.
-Es lo que pienso.
-Pues no lo pienses. No tienes ninguna razón para hacerlo.
-No pretendas cambiar de tema.
Bajó la mirada.
-¿Me perdonarás algún día?
-¿Por esto? Nunca.
-¿Por qué?
Giré la mirada y la miré con el ceño fruncido.
-¿Quieres que te lo repita todo? -pregunté con voz rígida y severa.
Torció el labio y se acercó a mí. Por mi sorpresa, me besó la frente con dulzura.
Una pequeña parte de mí le agradeció mucho ese gesto. Después de todo era mi madre y sólo quería lo mejor para mí. Pero otra parte, la mayor, se enfureció todavía más ante aquello.
Estaba confusa y desorientada un segundo más tarde, por lo que dejé que las lágrimas volvieran a caer en silecio.
Mi madre me dedicó otra sonrisa triste y apartó las lágrimas con el dedo pulgar.
Y no sé por qué, también le sonreí. Escasos minutos más tarde, fruncí el ceño.
Se levantó, haciendo desaparecer por completo la pequeña sonrisa, y anduvo hasta la puerta con sigilo.
-He llamado a tus amigas. Estarán aquí en unos minutos- dijo, salió de la habitación y cerró la puerta con suavidad detrás suya.
Volví a mirar al frente con el ceño fruncido. No podía evitar oler el dulce aroma del chocolate y los frutos rojos mezclado con miel. Agité la cabeza para aclarar la mente, nublada ahora, y aparté la bandeja con la mano, sin siquiera mirarla.
¿Mis amigas? Sólo las veía en el instituto. Hacía mucho que no quedaba con ellas. Ni hablaba ya con ellas durante las clases, sólo me mostraba distante mientras ellas mantenían la conversación, como siempre agitada, durante las pausas.
Cogí el móvil de mi mesita de noche sin levantarme del suelo. Cuando quise desbloquearlo y mirar las llamadas perdidas y mensajes, mi reflejo sobre el teléfono me interrumpió. Estaba pálida y mis ojos estaban hinchados y oscuras ojeras los repasaban, oscureciéndolos más todavía que habitualmente. Tenía los labios secos e irritados, rasgados y rotos.
Me asusté al verme.
Mírate, qué fea estás. Bueno, como siempre has sido.
Miré al frente con los ojos en blanco y el corazón bombardeándome en el pecho.
¿Quién había dicho eso? Miré hacia la puerta.
Nadie. Fruncí el ceño y volví a agitar la cabeza.
Me lo había imaginado.
Con algo de esfuerzo, me levanté del suelo, aún con el móvil en la mano y me dirigí al baño, arrastrando los pies. Una vez en frente del espejo, ignorando por completo mi aspecto, cogí un cepillo y empecé a peinarme el pelo, ya que estaba enredado después de varios sin cepillarmelo.
Tal vez la visita de mis amigas me ayudaría algo en mejorar mi estado. Después de todo, eran mis amigas y seguro que sabrían arrancarme alguna sonrisa.
Salí del baño algo más animada y decidí que recibirlas en mi pijama de franela rosa no sería lo más apropiado, por lo que me vestí con lo primero que que encontré en el armario.
Una vez vestida, cogí la bandeja y la coloqué sobre la mesa, recogí un poco la habitación, ya que realmente no estaba decente.
Después, bajé las escaleras algo más animada que hacía algunos minutos con la bandeja en brazos, llevándola a la cocina.
-Gracias por llamar a mis amigas, mamá -coloqué la bandeja sobre la encimera y le besé la mejilla.
Ella, con asombro, se llevó la mano a la mejilla y me sonrió casi abrumada.
-No es nada, cielo. Me preocupo por ti.
Con el rostro aún sereno, asentí y abandoné la cocina, dirigiéndome a la sala de estar. Me asusté cuando, justo antes de sentarme en el sofá color negro, el timbre sonó con mucha más fuerza de la habitual, lo que hizo que mi corazón diera un brinco.
-Mamá, ¿has subido el volumen del timbre o algo? -pregunté haciéndome camino hacia la puerta.
-No, ¿por qué?
-Está muy alto.
-Está como siempre, cielo -dijo con el ceño fruncido y casi con preocupación.
Rodeé los ojos y esbocé la mejor sonrisa que pude, intentando que no pareciera demasiada falsa. Abrí la puerta.
-¡Lena! -casi gritó Jane al verme, que me abrazó al instante.
Y así hicieron las demás, que se juntaron a ambas.
-Joder, Lena. Estoy preocupada por ti -dijo ahora más tranquila, apartándose de mí, pero manteniendo sus manos sobre mis hombros.
Fruncí los labios intentando sonreír, pero no resultó efectivo.
-Tía, no das señales de vida ni en twitter, ni en el face, ni siquiera en tu móvil. Y en el instituto no hablas, así que... -los ojos de Jess brillaban de preocupación.
-Pasar, por favor -dije interrumpiéndolas, cerrando la puerta detrás suya.
Las cuatro subimos a la habitación nada más entrar ellas. Ellen y Jess se sentaron en mi cama sin apartar la mirada de encima mía. En cambio, Jane se apoyó en la pared mirando hacia el suelo, moridendose el labio y con las manos unidas tras la espalda.
-La próxima ves que quieras asustarnos, hazlo así. Es un perfecto método -replicó esta vez Ellen, asintiéndo.
-Bueno, dejemos el tema. Ya habéis visto que estoy bien.
-Sí, relativamente. Estás como un palo y pálida como un papel. Así que, digamos que estás viva. 
Jane me miraba con una ceja alzada y con los brazos cruzados sobre su pecho, mostrando algo en sus ojos que no pude descifrar con demasiada claridad.
Aparté mi mirada de la suya ceñuda e instistente.
-¿Por qué estás enfadada?
-No estoy enfadada. Estoy preocupada. ¿Hace cuánto que no comes, Lena?
-Lena, Jane tiene razón, ¿qué te pasa?
-Nada.
-No hace falta que mientas. Somos tus amigas y podemos ayudarte.
-¿Me estás llamando loca? -casi grité.
-¿Qué? ¡No!
-Tranquilízate, Lena -Jess puso una mano sobre mi hombro y con un gesto suave, me invitó a sentarme a su lado-. Sólo queremos que vuelvas a ser la de siempre, la que sonreía con la mínima tontería.
Bajé la mirada hacia mis manos, que yacían sobre mi regazo. Fruncí los labios y me mordí la mejilla.
-Lena, ¿no prefieres ir a dar una vuelta y despejarte un poco? -preguntó esta vez Ellen, con la voz suave y tranquilizadora.
Agradecí su oferta, pero no lo dejé ver y simplemente negué con la cabeza, aún sin elevar la mirada un instante.
Jane, con un leve suspiro, se arrodilló enfrente mía y puso un dedo en mi barbilla. Me sorprendió con un cálido beso en la mejilla y con una sonrisa.
-Venga, cuéntanos que ha pasado.
-Es... es Byron -dije con un nudo en la garganta, con un hilo de voz.
-Ya me lo imaginaba -murmuró Ellen a mi lado con voz agresiva.
-No es lo que parece. Él es... es mi hermano.
-¡Tu hermano! -gritaron las tres a la vez.
-¿Cómo tu hermano? -preguntó Jane después de aclararse la garganta.
-Pues... mi madre con su padre... y mi padre con su madre. 
-Ugh, padres y sexo -Jess se estremeció.
-¡Qué fuerte!
-Dice mi madre que ya son amigos desde hace mucho tiempo y que un verano, pasaron una semana juntos.. algo loca.
-¡Toma! ¡Una orgía!
-¡Cállate, Ellen! Esto es algo serio -dijo Jess, con el ceño fruncido y mirando severa a Ellen.
-Hay una cosa que no cuadra. Byron es dos años mayor que tú, ¿no? -Jane también fruncía el ceño, sólo que pensativa.
Suspiró.
-Se ve que les gustó la experiencia, y repitieron.
-¡Qué fuerte! Eso sí que es fuerte.
Jess alzó una ceja, y Ellen enseguida apartó la mirada con una mano sobre la boca.
-Hostias que sí es fuerte -replicó Jane esta vez.
-A mí también me lo parece.
Jane se aclaró la voz de nuevo.
-Pero es sólo un “puede”. También tus padres mantuvieron relaciones y los padres de Byron también, ¿o no? -su voz presentaba un matiz de esperanza.
Ojalá la hubiera.
-Lo he hecho todo, Jane. He preguntado, distintas preguntas, una tras otra. Y mis padres ya habían hecho las pruebas y todo.
-Siento decirlo, Lena. Pero tus padres son un poco tontos. ¿Por qué iban a juntaros dos semanas enteras y saber que no iba a pasar nada? Quiero decir, los dos sois adolescentes.
-Posiblemente para empezar a familiarizarse el uno con el otro.
-Y borrar el odio que había entre ellos.
-Vale, ¿todo aclarado? -suspiré-. ¿Podemos cambiar de tema? ¿Qué tal tú, Jane? ¿Cómo está Harry?
La chica sonrió automáticamente y bajó la mirada.
-Muy bien. Siguen en la casa, así que... muy bien.
Levanté la mirada por un segundo y la miré para sonreírle. Pero algo me llamó la atención. Tenía la mirada clavada en la nada y los labios fruncidos ligeramente, los ojos ensombrecidos y oscuras, las cejas algo caídas, como si estuviera preocupada por algo.
Y no me gustaba esa mirada suya.
-¿Jane? ¿Ocurre algo? -pregunté preocupada.
Ella giró la mirada hacia mí y frunció el ceño, sonriendo por un segundo.
-Nada, ¿por qué? -rió suavemente mientras hablaba.
-No sé. Había pensado que... Nada. Déjalo.
Hice como si lo dejara pasar y seguimos de nuevo la conversación, que cambió de rumbo por completo, que fue a parar en un tema que calentaba por completo el ambiente, lo animaba. Y otra vez me sentí más o menos segura.
Pero, en realidad, esa mirada suya tan oscura se había aferrado con tanta fuerza a mis entrañas que en ningún momento de la conversación la dejé a un lado en mi mente.
Fue como un tipo de aviso de que algo no iba bien.
Nada bien.

2 comentarios:

  1. Hola guapisima! Soy melita, @mynameismel_8 , como va todo? Sobretodo, cuanto tiempo! Para empezar.. FELIZ AñO !!!! Siento mucho no haber podido escribir algun comentario tanto aqui como en twitter, que lo tengo abandonao xD, porque mas que nada, no he tenido tiempo... Pero si que me he limitado a leer cada uno de tus caps y a recomendar a caDa una de mis amigas para que lo lean :) te agradezco que a pesar de tener el twitter "abandonado" almenos te hayas dedicado a enviarme una notificacion para decirme que has subido un nuevo capitulo. Como veo, cada vez tienes mas y mas lectoras, y como yo ya te dije al principio, si sigues asi de bien vas a llegar muy lejos. Realmente, me siento MUY orgullosa de ti. Cada vez escribes mas y mejor y es una de las mejores fanfics que he leido hasta ahora. Hay que ver con todo este tiempo que ha pasado, te has ido superando, y eso lo he visto yo con mis propios ojos, ua que yo he sido una de las pocas seguidoras de esta novela que es una droga para mi. Por favor, quiero el siguiente capitulo pronto!!! No nos puedes dejar asi !!! PD: te quiero mucho!! Espero volver a verte en una de tus twitcam xD besitos

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  2. heyyyyy,
    no me he podido leer el capitulo (estoy leyendome tu novela desde el principio,me quedé por el 5)
    pero bueno,solo decirte que me encanta,espero ponerme pronto al dia con los capitulos,
    un beso de tu nueva seguidora! ;D

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