27~



Capítulo 27:
{Narra Jane}
-Jane. Jane, despierta. Vas a llegar tarde a tu primer día de trabajo -dijo mi madre, agitándome fuértemente el hombro.
Provoqué algo parecido a un gemido y le di un manotazo al brazo de mi madre.
-Venga, Jane. Te dije que no fueras con Ellen ayer por la noche. Pero claro, no quisiste hacerme caso.
-Mm..
-¡Espabila, que ya son las 10! -dijo ya saliendo de la habitación y dando golpes en la puerta.
Di un brinco en la cama.
-¡Las 10! ¡Mierda! -salté de la cama y me fui directa al baño, después de agarrar las primeras prendas que encontré -unos pantalones vaqueros pitillo, una camiseta verde de manga larga y ropa interior-, sin detenerme en si conjuntaba o no. Entré en el cuarto de baño, me desnudé y me metí en la ducha.
Mi madre tenía razón respecto a lo de anoche. No tenía planeado salir, pero Ellen y Lena se plantaron delante de mi puerta y no tuve otro remedio que ir con ellas. Y mi madre no hacía mas que repetirme lo mal que lo iba a pasar la mañana siguiente.  Sabía que tenía razón, pero intenté no llegar demasiado tarde.
Anoche no hicimos demasiado, más de unos cuantos chicos de nos acercaron para pedir un baile, pero nosotras siempre negábamos y seguíamos bailando en nuestro pequeño grupo, por muy guapos que fueran. Ellen se contenía mucho con algunos, le brillaban los ojos, pero sabía muy bien que podía acabar mal, por lo que se limitaba a decir: “Vete a ligar a otro lado, nosotras estamos ocupadas. Lárgate antes de que te vea mi novio”, aunque veía que le miraba seductiva. Ninguna de las tres bebimos una sola gota de alcohol, lo que me sorprendió mucho de Ellen, pero me alegraba mucho por ella también.
Salí rápida de la ducha, me sequé y me puse la ropa lo más rápido que pude. Miré el reloj del móvil, las 10:13 Tenía 40 minutos para llegar. Habían pasado tres días desde el sábado pasado y ayer mismo me llamó el encargado del camping para que me presentara esta mañana y me enseñara las instalaciones y esas cosas para el trabajo.
Entré en la habitación, me puse las converse negras y cogí una chaqueta por si hacía frío. Bajé las escaleras de dos en dos y entré en la cocina.
-Buenos días, pequeña -saludó Josh.
Josh había aprovechado su viaje para quedarse unos días y poder viajar por Inglaterra y visitar la ciudad, a diferencia de mi padre, que tuvo que marcharse la mañana siguiente muy temprano a la mañana.
-Buenos días -dije alegre.
Agarré una manzana y la puse debajo del chorro de agua que manaba del grifo.
-Jane, ayer te dejaste el móvil en casa -dijo mi madre.
-Mierda. ¿Me llamaron o algo?
-Pues si.. -respondió Josh
Me giré bruscamente y le miré. Saqué el móvil.
-¿Quien?
-No lo sé, lo tenías en la habitación y llegué tarde...
Suspiré y volví a guardar el móvil. Como muy bien temía, era Harry quien había llamado.
-Lo llamaré a la tarde, cuando tenga tiempo.
Me llené un vaso de agua y di otro mordisco a la manzana. El timbre de la puerta sonó con la misma melodía pegadiza que me ponía de los nervios. Con los pies arrastras, me acerqué a la puerta y la abrí aún con la manzana entre las manos.
-¡Jany!
-¿Ellen? ¿Qué haces aquí tan..?
Me abrazó con una gran sonrisa, interrumpiéndome.
-Siento lo de anoche, de verdad. No tenía ni idea que hoy era el primer día.
-No pasa nada, no tenías que saberlo, nunca te lo he..
-Por eso he venido a acompañarte. Quiero decir, acompañarte hasta ahí, no entro ni nada. Como hace mal día y tal, me daba pena que fueras tu sola.
-Awww, pero no hace falta, de verdad, yo..
-¡Tonterías!
-Bueno, em.. pasa, que llegas algo pronto.
-Ah, vale.
Se quitó la chaqueta de cuero marrón y la colgó en el perchero.
-¿Eres la única que está despierta?
Me sorprendía lo mucho que Ellen se preocupaba por mí, nunca le había comentado cuando empezaba. Además, ayer llegamos muy entrada la noche y, aunque no bebimos, las tres llegamos muy cansadas. Pero estaba muy contenta de volver a confiar en ella; la quería demasiado.
-No, mi madre y mi hermano están en la cocina -dije, en marcha a ella.
-¿Tienes un ..? -interrumpió a si misma tras cruzar el umbral de la puerta.
Sus ojos marrones se clavaron en los azules de mi hermano y ninguno de los dos los apartó después de unos largos segundos. Mi madre y yo intercambiamos miradas, las suyas igual de plagadas de interrogantes que las mías.
-Jane -dijo mi amiga, sin apartar la mirada-, ¿no nos vas a presentar?
-Claro. Ellen, este es Josh, mi hermano mayor. Tato, esta es Ellen, mi mejor amiga.
-Hola.
-Hola.
Se acercaron y ambos besaron sus mejillas. Tiré el resto de la manzana y me coloqué  al lado de mi madre, que estaba apoyada en el radiador, y contemplamos como conversaban.
-Vaya, sabía que era un ligón, pero tanto...
-Tienen que ser esos ojos azules, iguales a los de tu padre. Por eso me enamoré de él. Te hibnotizaban hasta idiotizarte por completo. ¿Sabías que yo no quería tener hijos? Sus ojos hicieron que cambiara de idea. Y mírame ahora...
-Sí, será eso -miré mi reloj de pulsera-. Ellen, vámonos, que voy a llegar tarde.
-Vale, adiós -dijo ella, guiñándole un ojo.
El se quedó quieto, sin saber muy bien qué hacer.
-A..adiós.
Ambas nos pusimos la chaqueta y salimos a la calle. Las espesas nubes negras eran de nuevo las protagonistas ese día, que amenazaban de nuevo de fuertes lluvias. Suspiré al darme cuenta que tendría que volver corriendo ya que no disponía de paraguas, si tenía esa mala suerte.
-¡Tía! ¿Desde cuando tienes un hermano? -me preguntó conforme comenzábamos a andar.
-¿No te diste cuenta? Nació el mes pasado, pero como crecía tan rápido, lo mandamos a España para que lo investigaran, ¡no te jode!
-¡No te rías de mí!
-Es que me haces unas preguntas...
-¡Dios, que bueno está!
-Eeeeh....
-¡¿Cómo no me dices que tienes un hermano que estaba tan bueno?! Te odio.
-¡Que tiene 26 años!
-¿Y qué? ¿Nunca has oído que los mayores son super buenos en la cama? ¡Dios, que ojazos! ¿Has visto cómo me miraba? ¡Dios!
-Ellen, créeme. Él no está interesado en ti. Así que no te encapriches con él.
-¡¿Y tú cómo sabes eso?! -chilló
-Por que tiene novia.
-¿Como novia?
-Sí, lista. Que vive en España, que ha venido de visita, no lo tenía escondido debajo de una piedra, ¿sabes? Y aunque no tuviera no se liaría contigo. Y no es por ti.
-¿Y tú cómo sabes que tiene novia?
-Me lo ha dicho. Él también sabe que salgo con Harry.
-¿Cómo puede tener novia?
-Pero, ¿no estaba tan bueno y tenía unos ojazos que..? ¡Dios! -imité malamente su voz.
Ella, en respuesta, me dio un puñetazo en el hombro. Murmuré un “auch” mientras me frotaba suavemente la zona.
-¡Pues vaya! -suspiró- En fin, tampoco quería nada de eso con él, simplemente un poco de... amor. Creo que con nadie he sentido nada de eso o parecido. Igual con Aiden, pero tampoco...
Torcí el labio.
Tenía razón, nunca la había escuchado quejarse de ello o hablar profundamente con la mirada perdida como solía hacer yo con Dan. Solo que ella me respondía rodeando los ojos y diciendo “Sí, ya lo sé. Cambiemos de tema”. Como siempre habíamos estado solo dos, no podía obtener más comentarios sobre el tema. Ellen nunca había sido enamoradiza el tiempo que la conocía. La verdad es que nunca me había contado nada de su pasado, a excepción de lo de su madre. Pero en el pasado que yo conocía no había ningún chico. O al menos importante para la situación actual. No sabía muy bien qué pensar de ese tema, el amor que yo había conocido nunca había salido bien, con el chico de la playa, cuando me fui de vacaciones a Málaga. Ni siquiera recordaba su nombre. Esa fue la primera vez que me prometí a mi misma que nunca más volvería a llorar por un chico.
Solo esperaba que con Harry no pasara nada parecido. Sí, confiaba en él, pero, ¿no había confiado también en Dan? Mira como acabó.
-Creo que el amor solo trae problemas, si te soy sincera -sonreí.
-Depende quién lo provoca. Desde luego, tu mucha suerte no has tenido.
-Y que lo digas.
Desde en donde nos encontrábamos ya se podía ver la valla verde de metal y el aparcamiento de cesped totalmente vacío, a excepción de un coche rojo aparcado al final.
-¿Tú no vas a trabajar? -pregunté.
-Creo que no me hace falta. Ya tengo casa y tal. Aún no tengo claro que estudiar y como repetí un curso no se qué posibilidades tengo. Además, mi padre me ha dejado una buena herencia, ¿sabes?
-Espero que este valga la pena. Era esto o trabajar en un burger.
-Buena elección. De todas formas, el camping tiene buena pinta. Ya verás como te lo pasas genial. ¡Qué envidia me das!
Sonreí.
-Ojalá tengas razón.
Nos detuvimos a unos metros de una valla verde. Me dio un fuerte abrazo y un beso pegajoso en la mejilla.
-Aish, quita lapa -dije quitándome la de encima, entre risas.
-Adiós fea. ¿A la tarde sales? -dijo conforme se marchaba.
-Supongo.
-¡Que venga tu hermano!
-¡Ni de coña! -respondí con otro grito.
Ella hizo un gesto con la mano ya de espaldas. Esperé a que desapareciera por completo. Respiré hondo un par de veces mientras caminaba a la pequeña puerta del mismo metal verde que estaba a unos pocos metros al lado. Atravesé despacio y con calma el aparcamiento, me detuve un segundo al escuchar el zumbido del motor de un coche que se acercaba más rápido de lo permitido. Me encogí de hombros y no le di importancia, seguí caminando en dirección a la entrada. Me relajé al ver que el coche frenaba un poco al entrar, pero no hizo ningún esfuerzo en ello cuando aparcó justo delante de mi, haciendo que el vehículo se chocara conmigo lo suficientemente fuerte para que que mi cuerpo cayera fuertemente contra el suelo.


{Narra Lena}
-¡Lena! ¡Lena, cariño! ¿Puedes bajar un momento? -gritaba mi madre al pie de las escaleras.
Al escuchar un grito fuera de mi habitación entre la alta música, bajé el volumen enseguida y abrí la puerta.
-¡¿Qué?! -grité de vuelta, al no entender lo que mi madre había gritado.
-¡Que bajes! ¡Tenemos que hablar!
-¡Vale! -volví a entrar y apagué el aparato de música.
Bajé las escaleras a saltos y entré en el salón. Las nubes oscuras del exterior impedían que el sol emitiera la luz necesaria, por lo que el salón estaba prácticamente a oscuras, aunque varias lámparas y luces distribuidas en la sala daba un aspecto cómodo y acogedor. Mis padres estaban sentados en uno de los sofás negros de la estancia, mi padre tenía los codos sobre las rodillas y mi madre con las piernas cruzadas y con la espalda apoyada en el respaldo del sillón.
-¿Qué pasa? -pregunté menos divertida al ver la seriedad en sus rostros.
Mi madre sonrió al verme y mi padre se incorporó.
-Siéntate, por favor -indicó el sofá doble de enfrente, del mismo color negro.
-Claro -murmuré, y me senté en el sillón indicado, crucé piernas y brazos y me apoyé en el respaldo.
-Puede que esto no es lo que más te va a agradar, pero tuvimos que hacerlo -comenzó a decir mi padre.
-Nosotros no lo hacemos para molestarte ni nada parecido.
Eso me asustó bastante. Empezaba a ponerme nervioso mientras mis padres hablaban y hablaban; solo que sin decir nada. Al final no lo soporté más:
-¡Queréis decirme ya lo qué queréis decirme! -estallé.
Intercambiaron miradas y suspiraron, con las manos unidas y entrelazadas.
-¿Te acuerdas de Byron, el hijo de unos buenos amigos nuestros?
Resoplé.
Lo recordaba demasiado bien. Byron era el chico más odioso que había conocido. Tenía dos años más que yo, aunque hacía años que no lo veía. La última vez que lo vi tenía 12 años, sus padres eran muy buenos amigos de los míos, aunque nunca quisieron contarme dónde se conocieron. La verdad es que no me importaba. Era realmente un toca-pelotas; cuando vino la última vez a casa no quería darse cuenta de que quería estar sola y que no tenía ningún interés en su estúpida pulsera que brillaba en la oscuridad. No lo sé cómo lo consiguió, pero, entró en mi habitación, apagó la luz y.... bueno, recordaba algo húmedo en el ombligo. No veía nada y simplemente, chillé cuando me agarró el trasero. Ambos nos llevábamos tan mal que cuando venían sus padres, el se quedaba en su casa.
Lo odiaba con todas mis fuerzas.
-Sí, ¿qué pasa con el?
-Pues.. es complicado pero.. dentro de dos días los padres de Byron y nosotros nos vamos a Portugal a pasar unas vacaciones por unas dos semanas y...
-¿Qué? -me levanté furiosa- ¿Me estáis diciendo que voy a pasar dos semanas enteras en Portugal con él? Tss,.. ¡prefiero morirme!
-No, no, hija... nos has entendido mal.. tu vas a quedarte en casa, no te preocupes.
-Ah, vale.. uff -me senté, ya más relajada.
Mi padre estalló una carcajada.
-La propuesta es muy diferente. Bueno, en primer lugar pensamos en ti y en que quizás no te gustaba la idea. Pero como casi no tuvimos opción, nos pareció una buena idea.
-¿El qué?
-Bueno, el tiempo que estamos en Portugal, Byron que queda solo en casa, y tu también, así que, bueno, fue idea de tu madre.. -vaciló.
-¿El qué? ¡Decírmelo ya, coño!
-Byron se quedará aquí mientras nosotros no estemos.

2 comentarios:

  1. Pobre Jane!! Y pobre Lena!! Pobres las dos!! Jo sube pronto, es demasiado asjdshjih para que me habas esperar!! Subelo rápido, coño!! jajaja... Sabes que te quiero!!
    Besos
    --R

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  2. ksajhgkjhkjga LENA VA A TENER QUE CONVIVIR CON ESE IDIOTA DE BYRON D: SDGHKJHGKA Y JANEEEEEEEEEEEE D: MUEROME. SAGJHKSJAGKASJSHD SUBE PRONTO PLEEEEEASE! JKGHKJSHAK Te amo mushow<3

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